Guille Galván, de Vetusta Morla: «Madrid EXT destapa una tensión amor-odio que tenemos muchos de los que vivimos aquí»

La pausa de Vetusta Morla ha servido para que sus miembros exploren otros proyectos. Algunos han mantenido el silencio, pero otros, como Juanma LaTorre y su proyecto ‘Soleado’. A esta actividad se suma ahora la banda sonora de ‘Madrid EXT’, creada por Guille Galván

El documental de Juan Cavestany fue hecho de la mano de su banda sonora. Una polaroid en movimiento de una Madrid mutante, por momentos difícil de reconocer, los sonidos creados por Guille Galván son precisamente la columna vertebral de la pieza, marcando el montaje y edición de la pieza. Sobre el proceso de colaboración, la composición y el significado de la pieza conversó Galván con el Diario Qué!. 

Pregunta: ¿Cómo llegas al documental? ¿Cómo nace la colaboración con el director? ¿Cómo fue el proceso?

Respuesta:
Bueno, que Juan me propuso hace casi cuatro años, me contó del proyecto. Yo conocí a Juan desde hace casi diez años, él había hecho con Vetusta Morla el videoclip de ‘La Deriva’, y habíamos hecho buenas migas desde entonces, y me dijo que estaba participando en un proyecto un poco ambiguo todavía, que le iba a llevar un tiempo largo hacerlo y que sí quería participar. A mí la idea de trabajar en un proyecto audiovisual de esa manera, como poniéndole música a mi propia ciudad y teniendo tiempo para investigar y hacerme preguntas sobre mi propia ciudad, y con una especie de trabajo mano a mano, casi de autoría, pues me pareció increíble, y le dije que sí antes de, vamos, en la primera quedada que tuvimos.

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Cartel De 'Madrid, Ext'.
Cartel De ‘Madrid, Ext’


A partir de ahí él me fue mandando material que iba grabando, porque es una película que se ha hecho, pues bueno, con él y cámara en mano, y otra cámara, y saliendo a grabar prácticamente a diario, y él iba nutriendo de ideas que me planteaba, iba completando sus montajes con otras que él me pasaba, o sea, no ha sido un trabajo al uso como se suele hacer en el audiovisual, donde la película se monta y luego al final entra el músico para afinar musicalmente y para colocar todo en su sitio, sino que ha sido casi un trabajo de toma y daca, de intercambiar opiniones, de hablar mucho sobre las ciudades, sobre las capas que queremos contar en la película, y muy hermoso.

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Pregunta: Se te conoce por las letras de las canciones y tienes un par de hechos de libros de poesía, la palabra para ti es clave, aquí renuncias a ella, ¿cómo fue ese experimento?

Respuesta
: Pues era uno de los grandes retos, tenía que confiar en la palabra de la propia película y en la poesía de las propias imágenes, contaba con muchos ingredientes, elementos, pero la condición era que no hubiera palabra, con lo cual era un doble reto. Pero yo creo que en la propia ciudad, en sus letreros, en saber leer la ciudad, también están los versos de esta película y de esta banda sonora.

Pregunta: Vale, tú hablas de cómo suena y cómo se entiende Madrid en la película, el proceso de montaje me da un poco de curiosidad, por momentos los sonidos se sincronizan con la ciudad. ¿Cómo se realizó?

Respuesta: Bueno, ese fue también uno de los puntos de partida, ya le dije a Juan que antes de ponernos a buscar elementos de partitura, o la orquesta, o la banda, o los instrumentos que se iban a grabar en el estudio, había que descomponer de los propios planos de la película qué elementos musicales tenía la ciudad que podían formar parte de esa partitura, porque la ciudad al final está llena de ruidos, está llena de percusiones, de leitmotivs que conocemos desde que somos niños y que si íbamos a hacer una película sobre Madrid y queríamos saber a qué sonaba Madrid, pues que teníamos que partir de lo que nos daba la propia ciudad.

Y ahí seleccionamos los que nos parecían más oportunos, el sonido del afilador, el sonido del tapicero, cuando se anuncia por las calles, el sonido de las campanas, de las iglesias, de los semáforos, de los bares, de los golpes de las cucharas, de los vasos que pueden generar una orquesta percusiva. Y luego, a medida que iba seleccionando, desde ya las posibilidades que dan los sistemas de proceso de música y de software, pues muchos de ellos los he ido convirtiendo en instrumentos que se podían tocar. 

Entonces, ese era como el punto de partida, dejar a la ciudad que sonara, también dejar espacio para sus silencios, sus ruidos menos musicales, y a partir de ahí generar una orquesta ya con elementos o con instrumentos seleccionados, ya compuesta, que se podía asomar a ellos, incluso pidiéndole a instrumentos como a los cuartetos de cuerda, con los violines, los violoncelos, que se pudieran asemejar en ciertos momentos incluso a ese sonido del afilador, que es una flauta de pan, un chiflo que le dicen aquí. 

Es un instrumento de Galicia que trajeron a Madrid precisamente los afiladores de Orense, que es de donde viene la costumbre del sonido del afilador. Me interesaba eso, igual que la ciudad estaba llena de capas, que la música también estuviera, tuviera esas capas que partieran de lo más cutre o de lo más bajo a nivel de instrumentación y de uso, como puede ser eso del sonido de un afilador, a mezclarlo con decisiones o propuestas que tienen más que ver con la música del conservatorio como puede ser ese cuarteto de cuerda, porque creo que la ciudad al final tiene que convivir todo lo alto y lo bajo.

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Pregunta:  Tú has trabajado alguna vez también en música de otras películas, pero eran proyectos de ficción. ¿Qué tan diferente es trabajar o musicalizar un tema de ficción que un documental?

Respuesta:  Bueno, yo creo que no tiene tanto que ver con que sea documental o ficción, sino con la propuesta de montaje, porque es verdad que un documental se puede tratar dramáticamente como si fuera una ficción, pero es verdad que también depende un poco de la propuesta o del objetivo del director con ello. En este caso el montaje es un montaje que es muy frontal, en el sentido que trabaja con planos fijos todo el rato, con propuestas que tienen más que ver con la acumulación que con una curva dramática. Había que tener mucho cuidado con que la música no escondiera por encima, convertir la película en un videoclip donde la música estuviera como obligada al montaje a tener un picado, una rítmica que hiciera olvidarnos un poco de lo que estábamos contando.

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El ritmo por el ritmo no tenía sentido en esta película. Dependiendo de las secuencias y de lo que se quería contar, yo he intentado pegarme más a las imágenes y al revés, porque en muchos casos yo le he facilitado a Juan las piezas musicales antes incluso de que hubiera montaje, y él montaba sobre esas piezas musicales. Por eso te digo que ha sido como un trabajo de ida y vuelta, un poco caótico pero lleno de intuición, dejando seguir la intuición como vía fundamental del método del trabajo.

Pregunta:  Durante todo el documental hay gente a la que le preguntan cómo ve o cómo siente Madrid, y quería preguntarte a ti, porque por lo que te he escuchado en otros sitios y las entrevistas, creo que tienes una posición bastante complicada sobre nuestra ciudad.

Respuesta: Bueno, yo creo que la película destapa una tensión amor-odio que tenemos muchos de los que vivimos aquí, o casi todos, y que trata de reconciliarse con una parte también de esa ciudad, con un tipo de gente o de espacios quizá más olvidados, y que son los protagonistas de Madrid exterior. Entonces, en ese sentido, a mí me ha servido para poner la lupa en muchos sitios por los que a veces pasa eso. Bueno, pues que las cámaras o las televisiones no tienen en el foco, y que esta película se ha puesto como parte fundamental de sus protagonistas.

Entonces, sí que me ha servido para, no sé si para reconciliarme, pero sí para descubrir y para trabajar durante este tiempo con una serie de madrileños y madrileñas que me han hecho sentir humanidad importante.

Respuesta: Oye, Guille, tengo lo que necesito. ¿Tú quieres agregar algo, algo que de la película que no hayas contado que quisieras agregar, o del proceso, o de alguna composición?

Pregunta: No, bueno, hay una cosa bonita de la película, y es que ahora está en cines, y cuando salga de los cines vamos a hacer un proceso de llevar la película a los barrios y a los sitios donde ha sido grabada. Entonces habrá pases en centros culturales, en centros sociales, en el Hospital de la Princesa, en algún museo, en un montón de espacios y de salas que no son las habituales, pero que también por la naturaleza y por lo generoso que ha sido la gente con nosotros, pues nos parecía bonito hacer ese tour de la peli en los sitios donde ha sido grabada.

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