En Barcelona, la multirreincidencia se ha consolidado como un fenómeno preocupante y creciente que afecta la vida cotidiana de los ciudadanos, más de lo que se dice. Según Josep Lluís Trapero, director general de los Mossos d’Esquadra, entre 350 y 400 personas han convertido el robo repetitivo en su forma de vida, operando con tal regularidad que algunos llegan a cometer delitos a diario en zonas como el Aeropuerto de El Prat, sin lugar a dudas datos que no dejan de sorprender, el delito como forma de vida.
Esta situación ha obligado a las fuerzas de seguridad a diseñar estrategias específicas para frenar este tipo de actividad de quienes se dedican a hurtos, robos menores y ocupaciones ilegales, mientras los juicios rápidos buscan acortar los plazos judiciales y mejorar la respuesta ante estos delincuentes profesionales.
Pero, el problema de la multirreincidencia no se limita a Barcelona, sino que comienza a expandirse a ciudades medianas, poniendo de manifiesto la necesidad de adaptar la legislación y los recursos policiales a la realidad de estos delincuentes. Trapero ha subrayado que, aunque la mayoría de los delitos no pone en riesgo la vida de las personas, la repetición constante y el impacto sobre múltiples víctimas exigen una actuación más firme.
Además, la policía catalana ha intensificado los operativos contra la tenencia de armas blancas y de fuego, decomisando 600 armas solo en 2024, un número que se ha incrementado este 2025 y mantiene el foco en el control del tráfico de marihuana, cuya producción en interior ha crecido significativamente en los últimos años.
Multirreincidencia como modo de vida: cómo entre 350 y 400 delincuentes consolidan robos diarios en Barcelona

En Barcelona, entre 350 y 400 personas han convertido la multirreincidencia en su forma de vida, cometiendo hurtos y robos de manera repetitiva e incluso diariamente, casi que como un trabajo más. Según Josep Lluís Trapero, director general de los Mossos d’Esquadra, muchos de estos delincuentes actúan diariamente, especialmente en puntos estratégicos como el Aeropuerto de El Prat, donde alrededor de 50 o 60 individuos cometen pequeños robos de manera sistemática.
Esta práctica constante evidencia la profesionalización del delito menor en la ciudad, que no solo afecta a víctimas directas, sino que genera sensación de inseguridad en la ciudadanía, que aunque no están expuestos a ningún riesgo “importante”, si han tenido que modificar sus hábitos diarios para evitar ser víctimas de los delincuentes. Los Mossos destacan que estos delitos no suelen implicar violencia grave, pero su frecuencia convierte a las víctimas en objetivos continuos, alterando la convivencia y el orden público.
Trapero ha insistido en que la respuesta penal todavía es insuficiente, y que la adaptación del Código Penal a la realidad de estos multirreincidentes resulta clave para reducir la reincidencia. La policía trabaja además en la prevención mediante juicios rápidos y planes específicos para identificar y frenar a quienes transforman el robo en su modus vivendi.
Expansión a ciudades medianas: la propagación del fenómeno y sus implicaciones para la seguridad local

Pero, el fenómeno de la multirreincidencia no se limita a Barcelona, sino que empieza a extenderse a ciudades medianas de Cataluña, lo que ha generado preocupación en los habitantes de las ciudades cercanas, ciudades que tradicionalmente contaban con índices de criminalidad bastante bajos. Trapero ha advertido que este traslado plantea un nuevo desafío para la seguridad, ya que los recursos policiales en municipios más pequeños no siempre están preparados para gestionar delincuentes profesionales acostumbrados a operar en grandes urbes.
Esta expansión acelerada además, amenaza con “normalizar la reincidencia” y complicar la labor preventiva de los cuerpos policiales locales. Las autoridades están implementando estrategias de coordinación entre municipios para detectar patrones de movimiento de estos delincuentes y prevenir su inserción en nuevas áreas, el objetivo es evitar la expansión de este fenómeno y por supuesto su normalización.
Además, el intercambio de información entre Mossos y policías locales permite intervenir antes de que los multirreincidentes consoliden sus actividades en ciudades medianas, evitando que el delito se convierta en un problema estructural. La vigilancia y la respuesta rápida son clave para contener el crecimiento del fenómeno.
Armas, drogas y legislación: los retos de los Mossos para frenar a los delincuentes profesionales y modernizar el Código Penal

Junto a los robos reiterados, los Mossos enfrentan la proliferación de armas blancas y de fuego entre jóvenes vinculados al delito, así como plantaciones de marihuana que aumentan la complejidad de su trabajo. Trapero ha explicado que, hasta ahora, se han decomisado unas 600 armas de fuego en Cataluña, muchas relacionadas con el narcotráfico, mientras que el tráfico de drogas sigue siendo uno de los focos de atención de la policía.
Estas circunstancias obligan a reforzar la vigilancia y a diseñar planes específicos, como el plan Daga para la incautación de armas blancas. A esto se suma la necesidad de modernizar la legislación para que se ajuste a la realidad de la delincuencia profesional. Trapero ha señalado que el Código Penal actual no contempla suficientemente la repetición sistemática de delitos menores, y es justamente en esta ausencia o limitación en la que se apoyan los delincuentes, porque actúan seguros de que su delito quedará impune, por lo que se estudian cambios que permitan sancionar de manera más efectiva a los multirreincidentes y garantizar una mayor seguridad ciudadana.
Paralelamente, se apuesta por aumentar la formación en ciberseguridad de los agentes, ya que los delitos digitales también se combinan con las actividades tradicionales de los delincuentes profesionales.