Las calles de este pueblo declarado Monumento Histórico Nacional tiene calles empedradas, casas con balcones de madera, la Plaza Mayor con el Ayuntamiento y la Casa Ducal, además de las ermitas de San Antonio, Humilladero y San Blas, todo esto conforma un patrimonio arquitectónico protegido y vivo. Asimismo, la presencia del Marrano de San Antón y la gastronomía local, con platos como el cabrito cuchifrito, hornazos, embutidos y dulces típicos, hacen que cada visita sea una experiencia extraordinaria.
En España, algunos pueblos destacan no solo por su historia, sino también por la autenticidad. En Salamanca existe uno de esos casos excepcionales. Fue el primer municipio declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1940 y conserva un curioso encanto que parece detenido en el tiempo. Sus callejuelas empedradas, sus casas con balcones de madera y sus tradiciones que han permanecido en el tiempo, atraen a miles de visitantes cada año.
2Tradiciones y gastronomía centradas en el Marrano de San Antón

Entre los elementos más curiosos de La Alberca se encuentra el Marrano de San Antón, un cerdo que se pasea por las calles del pueblo durante casi todo el año. Desde el 13 de junio, día de San Antonio de Padua, hasta el 17 de enero, en que se celebra San Antón, los vecinos se encargan de cuidarlo hasta la matanza, un ritual tradicional que se mantiene vivo hasta la fecha.
Esta tradición influye en la gastronomía local. La Alberca combina productos del campo charro y extremeño, con una fuerte presencia de ganadería de vacas, cabras, ovejas y cerdos. De ahí surgen platos típicos como el cabrito cuchifrito, los hornazos, los embutidos, las empanadas y el limón serrano, un dulce al que se añade chorizo. Además, los productos locales incluyen vinos, turrones, obleas, miel y perrunillas.