Alberto Tosi (34), nutrucionista, desvela la parte del cuerpo donde primero se acumula la grasa: «No es la cintura, y debería preocuparte…»

Alberto Tosi, nutricionista, advierte que esta acumulación inicial de tejido adiposo es un indicador de futuros problemas metabólicos. Combatir esta grasa invisible requiere cambios en el estilo de vida, más allá de preocuparse únicamente por la estética abdominal.

La grasa es una de esas obsesiones que nos persiguen en el espejo, una batalla constante que creemos librar contra los vaqueros que ya no cierran. El nutricionista Alberto Tosi, a sus 34 años, lanza una advertencia que desmonta este mito y pone el foco en un lugar mucho más inquietante, pues según él la primera acumulación de lípidos se produce en una zona interna e invisible. ¿Y si te dijera que ese michelín que tanto te inquieta es solo la punta del iceberg de un problema que empezó mucho antes?

La verdadera preocupación sobre el exceso de peso, según la visión de Tosi, no debería centrarse en la estética, sino en la salud silenciosa que se deteriora sin que nos demos cuenta. Lo que suelta es una bomba para muchos: «No es la cintura, y debería preocuparte…», porque cuando la grasa se hace visible, el cuerpo lleva tiempo enviando señales de alerta que hemos ignorado por completo. Descubrir dónde empieza todo es el primer paso para cambiar el rumbo de nuestro bienestar.

MÁS ALLÁ DEL ESPEJO: LA GRASA QUE NO SE VE

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Lo que muchos no saben es que la obsesión por el michelín nos distrae del verdadero peligro que se gesta en nuestro interior. Pasamos horas frente al espejo analizando cada curva, mientras el tejido adiposo más dañino se instala sigilosamente alrededor de nuestros órganos vitales. Esta es la cruda realidad que el nutricionista Alberto Tosi se esfuerza en divulgar para concienciar sobre lo que de verdad importa en nuestra composición corporal.

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De hecho, esta acumulación de lípidos es la que realmente debería encender todas las alarmas. Es un enemigo silencioso, un invasor que no avisa y que trabaja metódicamente para desestabilizar nuestro equilibrio metabólico, porque esta reserva energética oculta es el origen de muchas enfermedades crónicas modernas. La advertencia de Tosi es clara: preocuparse solo por la estética es un error que podemos pagar muy caro.

GRASA: EL HÍGADO, EL PRIMER ALMACÉN SECRETO

El Nutricionista Alberto Tosi Señala Directamente A Un Órgano Vital Como El Primer Receptor Del Exceso De Grasa, Una Central Metabólica Que Sufre En Silencio Las Consecuencias De Nuestros Malos Hábitos. Fuente: Freepik
El Nutricionista Alberto Tosi Señala Directamente A Un Órgano Vital Como El Primer Receptor Del Exceso De Grasa, Una Central Metabólica Que Sufre En Silencio Las Consecuencias De Nuestros Malos Hábitos. Fuente: Freepik

Cuando consumimos más energía de la que gastamos, el cuerpo necesita un lugar donde guardar ese sobrante. El primer destino, mucho antes que la cintura o las caderas, es nuestro hígado, ya que este órgano convierte los azúcares y carbohidratos sobrantes en depósitos de grasa. Es la primera trinchera, el almacén de emergencia que, sin que lo sepamos, se va saturando poco a poco con cada mala decisión alimentaria.

Este proceso da lugar al conocido como «hígado graso no alcohólico», una condición cada vez más común. Tal y como insiste Alberto Tosi, es el verdadero punto de partida del problema, porque un hígado saturado de grasa pierde su capacidad para regular el metabolismo correctamente. Se trata de un círculo vicioso: un hígado ineficiente promueve una mayor acumulación de grasa corporal generalizada, preparando el terreno para futuras complicaciones.

¿POR QUÉ DEBERÍA PREOCUPARTE ESTA ACUMULACIÓN?

Esa Primera Fase De Acumulación De Grasa En El Hígado No Es Un Hecho Aislado. Es El Detonante De Una Cascada De Problemas Metabólicos Que Afectarán A Todo Nuestro Organismo Si No Se Toman Medidas A Tiempo. Fuente: Freepik
Esa Primera Fase De Acumulación De Grasa En El Hígado No Es Un Hecho Aislado. Es El Detonante De Una Cascada De Problemas Metabólicos Que Afectarán A Todo Nuestro Organismo Si No Se Toman Medidas A Tiempo. Fuente: Freepik

La advertencia de Alberto Tosi —»debería preocuparte»— se fundamenta en la ciencia más sólida. Un hígado graso no es solo un órgano con sobrepeso; es un órgano inflamado, y la inflamación hepática es un factor de riesgo para la resistencia a la insulina. Esto significa que nuestro cuerpo necesitará producir más insulina para gestionar el azúcar en sangre, una antesala casi segura de la diabetes tipo 2.

El problema no termina ahí, ni mucho menos. Esa disfunción inicial abre la puerta al llamado síndrome metabólico. La grasa visceral comienza a rodear otros órganos, la presión arterial se eleva y los lípidos en sangre se disparan, y entonces el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares se multiplica de forma exponencial. Lo que empezó como un proceso silencioso en el hígado se convierte en una amenaza directa para nuestro corazón, tal y como remarca Tosi.

LAS SEÑALES QUE TU CUERPO TE ENVÍA (Y QUE IGNORAS)

Aunque Esta Primera Acumulación De Grasa Es Sigilosa, No Es Completamente Invisible. Nuestro Organismo Emite Sutiles Avisos Que, A Menudo, Atribuimos Al Estrés O Al Cansancio Del Día A Día Sin Prestarles La Atención Que Merecen. Fuente: Freepik
Aunque Esta Primera Acumulación De Grasa Es Sigilosa, No Es Completamente Invisible. Nuestro Organismo Emite Sutiles Avisos Que, A Menudo, Atribuimos Al Estrés O Al Cansancio Del Día A Día Sin Prestarles La Atención Que Merecen. Fuente: Freepik

¿Sientes un cansancio persistente que no se justifica con tu nivel de actividad? Podría ser una de esas señales. La fatiga crónica y una extraña sensación de pesadez en la parte superior derecha del abdomen son síntomas tempranos, pues un hígado sobrecargado de grasa no puede realizar sus más de 500 funciones con eficacia. Escuchar a nuestro cuerpo es fundamental para detectar que algo no va bien antes de que sea tarde.

La obsesión por la báscula o la talla del pantalón nos hace sordos a estas alertas, como bien apunta Tosi. Esperamos a que la grasa sea evidente en la cintura para reaccionar, pero para entonces el problema ya está consolidado, ya que la manifestación de la grasa abdominal visible indica que el hígado ya está saturado. La clave, por tanto, está en actuar sobre el estilo de vida mucho antes de llegar a ese punto crítico.

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RESETEA TU METABOLISMO: CÓMO REVERTIR EL PROCESO

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El primer paso es declarar la guerra al azúcar añadido y a los alimentos ultraprocesados. Estos son los principales culpables de saturar nuestro hígado, por lo que una dieta basada en alimentos reales como verduras, proteínas de calidad y grasas saludables es la herramienta más poderosa. No se trata de comer menos, sino de comer mejor, eligiendo nutrientes que ayuden a nuestro metabolismo en lugar de sabotearlo.

Por supuesto, el ejercicio físico es el otro gran pilar para combatir esta grasa silenciosa. La actividad, especialmente la que combina cardio con entrenamiento de fuerza, no solo quema calorías, sino que mejora la sensibilidad a la insulina y moviliza los depósitos de grasa del hígado. Se trata de adoptar un enfoque integral, de entender que cada elección diaria, desde lo que comemos hasta cuánto nos movemos, define nuestra salud futura.

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