El 6 de noviembre de 2003 quedó grabado en la historia reciente de España. Ese día, el Palacio de El Pardo fue el escenario de la oficialización del compromiso matrimonial entre el entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, y la periodista Letizia Ortiz. El fallecimiento de Giorgio Armani ha reavivado esos momentos históricos y de impacto global de los que el diseñador fue parte.
Más de 300 profesionales de la prensa acudieron a captar el momento e indiscutiblemente todas las miradas se dirigieron hacia la futura reina y su elección de vestuario. Un traje blanco de Giorgio Armani, sobrio y elegante, se convertiría en el símbolo de una nueva etapa para la monarquía, y para el estilo de una mujer que comenzaba su vida pública bajo el escrutinio de todo un país. Esta prenda, estaba valorada en ese entonces en 1.800 euros.
3Un homenaje años después y el legado de Armani


La importancia de aquel traje blanco en la biografía de la reina Letizia fue tal que, quince años después, decidió rendirle un homenaje en otra fecha significativa para los monarcas. El 14 de febrero de 2019, durante un Viaje de Estado a Marruecos, Letizia volvería a lucir el conjunto blanco de Armani. La ocasión fue la visita al Mausoleo de Mohamed V y Hassan II en Rabat, donde inicialmente cubrió el traje con un pañuelo a modo de velo.
Este gesto demostraba su atemporalidad y la vigencia de un diseño que, tras casi dos décadas, seguía luciendo con la misma elegancia del primer día. Cabe destacar que, en otras ocasiones, la reina también ha recurrido a diseños similares de su couturier de cabecera, Felipe Varela, para emular la silueta que ya había establecido con el traje Armani. Aquel traje blanco, que le dio la bienvenida a Letizia a la Familia Real, trascendió su naturaleza de objeto para convertirse en un símbolo perdurable dentro de la monarquía española.