El 6 de noviembre de 2003 quedó grabado en la historia reciente de España. Ese día, el Palacio de El Pardo fue el escenario de la oficialización del compromiso matrimonial entre el entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, y la periodista Letizia Ortiz. El fallecimiento de Giorgio Armani ha reavivado esos momentos históricos y de impacto global de los que el diseñador fue parte.
Más de 300 profesionales de la prensa acudieron a captar el momento e indiscutiblemente todas las miradas se dirigieron hacia la futura reina y su elección de vestuario. Un traje blanco de Giorgio Armani, sobrio y elegante, se convertiría en el símbolo de una nueva etapa para la monarquía, y para el estilo de una mujer que comenzaba su vida pública bajo el escrutinio de todo un país. Esta prenda, estaba valorada en ese entonces en 1.800 euros.
2Los detalles y el simbolismo detrás del look histórico de la reina Letizia

Más allá de la chaqueta y el pantalón de la firma de Giorgio Armani, el look se completó con una serie de complementos minimalistas. Letizia eligió unos pendientes de aro con diamantes bastantes discretos que aportaban un destello deluxe sin resultar estridentes. La elección de calzado recayó en unos sencillos pero elegantes zapatos de salón negros.
El verdadero foco de atención de ese 6 de noviembre, tal y como se pretendía, fue el anillo de compromiso que Felipe eligió para Letizia. Se trataba de una pieza de la joyería Suárez, elaborada en oro blanco y con brillantes baguette, cuyo valor se estimó en unos 3.000 euros. Curiosamente, la reina Letizia dejó de utilizarlo a partir de 2011, un detalle que no pasó desapercibido para la prensa. Como contrapartida, la consorte también hizo entrega de un regalo a Felipe, se trató de unos gemelos de caballero de oro blanco y zafiro, adquiridos en una joyería de la madrileña calle Serrano.