Olvídate del rafting en los Pirineos: el descenso por el río subterráneo navegable más largo de Europa está en Castellón y es una experiencia de otro mundo

Un viaje al corazón de la tierra te espera donde menos te lo imaginas. No es una aventura extrema, sino una experiencia sensorial apta para todos los públicos.

Olvídate del rafting en los Pirineos: el descenso por el río subterráneo navegable más largo de Europa está en Castellón y es una experiencia de otro mundo. Esta afirmación, que puede sonar a exageración publicitaria, se queda corta cuando uno se adentra en las entrañas de la tierra en una pequeña barca. Lo que te espera bajo la Sierra de Espadán es mucho más que una simple visita a una cueva, pues la experiencia te transporta a un mundo que parece sacado de una novela de Julio Verne. ¿Estás preparado para un viaje que desafía los sentidos?

La magia comienza en el instante en que abandonas la luz del sol. Este rincón de la provincia de Castellón te sumerge en una quietud casi irreal, un silencio solemne que te envuelve por completo. No hay ruidos de motores, ni multitudes, ni distracciones. Es una desconexión total, un reseteo para la mente. En este santuario subterráneo, el rumor del agua y la voz del barquero son la única banda sonora en este viaje milenario. Una aventura que te cambiará por dentro y que, sorprendentemente, se encuentra muy cerca de casa.

¿UN VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA?

YouTube video

La sensación es inmediata y sobrecogedora. Al cruzar el umbral de las Coves de Sant Josep, en La Vall d’Uixó, entras en un universo completamente distinto. De repente, el calor y la luz del Mediterráneo se desvanecen, dando paso a una atmósfera fresca y misteriosa. Al subir a la barca, la temperatura baja de golpe y el sol del Mediterráneo se convierte en un recuerdo lejano. Estás a punto de iniciar un recorrido de casi tres kilómetros, de los cuales más de ochocientos se hacen navegando. Una aventura que muy pocos lugares en el mundo pueden ofrecer.

Publicidad

El viaje arranca y la expectación se palpa en el aire. No sabes qué esperar más allá de la primera curva que se pierde en la penumbra. El barquero, con una destreza ancestral, impulsa la embarcación por galerías estrechas y salas majestuosas. En este tesoro de la Comunidad Valenciana, el tiempo parece detenerse. En ese instante, la barca se desliza en un silencio casi absoluto sobre aguas de una claridad asombrosa, permitiéndote ver el fondo rocoso como si miraras a través de un cristal. Castellón guarda secretos increíbles.

EL BARQUERO, GUARDIÁN DE LOS SECRETOS

En esta travesía, la figura del guía es absolutamente fundamental. No es un mero conductor, sino el narrador que da vida a las piedras, el Cicerone de este mundo subterráneo. Su voz resuena en la inmensidad de las bóvedas, contando historias y leyendas que se han transmitido durante generaciones en este paraje natural. Mientras rema, va señalando formaciones caprichosas que la imaginación popular ha bautizado. Con su ayuda, su relato convierte las formaciones rocosas en dragones, catedrales y paisajes de fantasía, haciendo del recorrido una experiencia inolvidable.

La habilidad de estos barqueros es digna de admiración. Mueven la embarcación con una suavidad pasmosa, evitando rozar las paredes milenarias en los pasadizos más angostos del interior de la provincia. Es un oficio que requiere fuerza, precisión y un profundo respeto por el entorno. Una tradición que en Castellón se ha perfeccionado hasta convertirse en un arte. Durante todo el trayecto, cada golpe de remo está medido para no perturbar la quietud mágica del entorno, garantizando que la visita sea una inmersión total en la naturaleza.

UN PAISAJE QUE DESAFÍA LA IMAGINACIÓN

YouTube video

A medida que avanzas, el escenario cambia constantemente, ofreciendo un festín visual. Estalactitas que penden del techo como lágrimas de piedra y estalagmitas que emergen del suelo buscando unirse a ellas. Un espectáculo que sitúa a Castellón en el mapa del turismo geológico mundial. En salas como la de los Murciélagos o la Catedral, te sientes minúsculo ante la grandiosidad del trabajo de la naturaleza. En este rincón de la Plana Baixa, las luces artificiales revelan colores y texturas en la roca que el sol nunca ha tocado, creando un ambiente de ensueño.

El recorrido combina tramos en barca con un pequeño paseo a pie por una galería seca. Aquí puedes admirar de cerca los detalles de las formaciones, la delicadeza de las coladas y las banderas que adornan las paredes. Es un momento para apreciar la paciencia del planeta, la lentitud con la que se construye la belleza. Una escapada a Castellón no está completa sin sentir esto. En este lugar mágico, el eco de una gota de agua cayendo durante siglos ha creado esculturas naturales imposibles que superan a cualquier obra humana.

MÁS ALLÁ DE LA BARCA: HISTORIA Y MISTERIO

Pero este lugar no es solo una maravilla geológica. Las cuevas han sido testigos de la historia humana desde tiempos inmemoriales. Los arqueólogos han confirmado que el hombre prehistórico ya utilizaba esta cavidad como refugio y santuario, un legado único en la provincia de Castellón. Un tesoro castellonense que va más allá de su belleza. Gracias a las investigaciones, aquí se encontraron pinturas rupestres y restos que demuestran la presencia humana hace más de 15.000 años, conectando tu visita con nuestros antepasados más remotos.

Y como toda gran maravilla, esta también guarda sus secretos. A día de hoy, el origen del río y el final de la cueva siguen siendo un enigma. Los espeleobuzos han explorado más de cinco kilómetros de galerías sumergidas, pero la gruta continúa. Este misterio añade una capa extra de fascinación a la visita, un aliciente para la imaginación de quienes buscan turismo en Castellón. La verdad es que nadie sabe con certeza dónde termina el río ni qué maravillas se esconden más allá del sifón al que no tienen acceso los visitantes.

Publicidad

CASTELLÓN, LA PROVINCIA DE LAS SORPRESAS INESPERADAS

YouTube video

Esta experiencia subterránea es el mejor ejemplo de lo que Castellón tiene para ofrecer. A menudo conocida por la Costa de Azahar, la provincia esconde un interior montañoso, salvaje y lleno de joyas por descubrir. Al visitar Castellón, te das cuenta de que es un destino dual, capaz de satisfacer tanto al amante del sol y la playa como al buscador de aventuras y naturaleza en estado puro. Lejos del bullicio, esta provincia demuestra que sus mayores tesoros a menudo se encuentran lejos de las playas más concurridas.

Al salir de nuevo a la luz del sol, la sensación es la de despertar de un sueño profundo y vívido. El mundo exterior parece más ruidoso, más brillante, casi ajeno. El interior de Castellón esconde lugares que te marcan para siempre, y esta cueva es, sin duda, uno de ellos. Esta joya de Castellón es una de esas experiencias que hay que vivir al menos una vez en la vida. Al final, el recuerdo de ese silencio profundo y esa belleza primigenia te acompaña mucho después de volver a la superficie, una razón de peso para redescubrir Castellón.

Publicidad