Lo que nadie te contó sobre el entrenamiento de fuerza en el embarazo: beneficios ocultos para ti y tu bebé

La práctica supervisada del entretenimiento de fuerza durante la gestación funciona como herramienta para mejorar la experiencia de las futuras madres, según expertos.

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Un análisis científico demuestra que el entrenamiento de fuerza, realizado bajo supervisión, con una frecuencia de una a tres sesiones semanales durante un mínimo de doce semanas, aporta beneficios físicos y mentales concretos para las restantes. Desde la reducción del dolor lumbar y una ganancia de peso más controlada hasta una significativa mejora del estado de ánimo y la vitalidad, los resultados redefinen la perspectiva del cuidado prenatal. 

Los programas de entrenamiento de fuerza de más de 12 semanas, con una o dos sesiones semanales de intensidad moderada, mejoran los niveles de salud y calidad de vida de las mujeres embarazadas. Este enfoque ofrece una solución práctica a problemas reales que enfrentan las mujeres durante la gestación. Sin embargo, los expertos recalcan que este deporte debe hacerse siempre bajo supervisión y con la aprobación previa del médico.

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El entrenamiento de fuerza se ha convertido en un aliado para la gestación

El entrenamiento de fuerza se ha convertido en un aliado para la gestación
El Entrenamiento De Fuerza Se Ha Convertido En Un Aliado Para La Gestación | Fuente: Pexels

La creencia popular ha relegado a las mujeres embarazadas a un estado de casi inmovilidad durante las semanas de gestación, pero la ciencia avala todo lo contrario. Un estudio reciente liderado por Paula Redondo-Delgado, que ha revisado la documentación científica existente, arroja luz sobre los beneficios específicos del entrenamiento de fuerza durante los nueve meses de gestación. Este trabajo, publicado en Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica, sigue los estándares internacionales de calidad PRISMA, lo que garantiza la validez de sus conclusiones.

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Hasta ahora, las guías internacionales de salud, incluyendo las de la Organización Mundial de la Salud y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, habían priorizado el ejercicio aeróbico, mencionando de forma secundaria el trabajo de fuerza. Sin embargo, este último no había sido profundamente estudiado en su aplicación concreta al embarazo. El estudio ha demostrado que su incorporación a la rutina semanal de la gestante produce mejoras en el bienestar general de la futura madre y del bebé.

La metodología del estudio se centró en analizar ensayos clínicos donde mujeres embarazadas siguieron programas supervisados de entrenamiento de fuerza. La frecuencia de estas sesiones se estableció entre una y tres veces por semana, con una duración mínima del programa de doce semanas. Este marco no solo demostró ser seguro, sino también altamente efectivo para mitigar algunas de las molestias más frecuentes que reportan las mujeres durante este periodo.

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