¿Alguna vez has salido a tomar algo pensando en gastar poco y has terminado con una cuenta desorbitada? ¡No es casualidad! Un psiquiatra ha destapado las estrategias que utilizan bares y restaurantes para manipular nuestro cerebro y hacernos gastar más de lo previsto. Estas técnicas, basadas en la neurociencia, explican por qué resulta tan difícil resistirse a ese segundo cocktail o por qué el pan gratis siempre parece una buena idea hasta que llega la factura.
El doctor Daniel Amen, reconocido psiquiatra, ha usado sus redes sociales para desvelar el mecanismo detrás de esta manipulación en nuestro cerebro para hacernos gastar más. Según sus investigaciones recientes, los establecimientos siguen un patrón psicológico estudiado que impacta en nuestra capacidad de tomar decisiones racionales. Lo más preocupante es que estos métodos para hacernos gastar más funcionan incluso cuando creemos que tenemos el control sobre nuestras elecciones.
3¿Cómo proteger tu cartera sin renunciar a salir y pasarla bien?

La buena noticia es que conocer estas estrategias para hacernos gastar más nos da el poder para contrarrestarlas. El doctor Amen sugiere opciones simples, pero efectivas para mantener el control de la situación: pedir agua con gas en lugar de alcohol o evitar el pan mientras decides qué vas a consumir. Cambios que aunque parecen básicos, mantienen tus lóbulos frontales operativos y tu capacidad de decisión intacta.
También ayuda ser consciente del timing de las decisiones. Evitar elegir platos principales mientras se consumen entrantes o bebidas alcohólicas puede ahorrarnos arrepentimientos posteriores. Esperar a que pasen los efectos iniciales antes de tomar decisiones de consumo importantes marca la diferencia entre una cuenta razonable y una factura desbordada.
Claro que hay que reconocer que parte del encanto de salir consiste precisamente en esos pequeños placeres: la cerveza tirada a temperatura perfecta, la interacción con el camarero, el ambiente que no podemos recrear en casa. El objetivo no es eliminar estos disfrutes, sino disfrutarlos de forma consciente y dentro de un presupuesto controlado.
La próxima vez que un camarero nos ofrezca pan recién horneado o nos sugiera ese cocktail especial de la casa, recordemos que detrás de ese gesto hay toda una estrategia psicológica estudiada para hacernos gastar más. Pero también recordemos que tenemos herramientas para mantener el control: agua instead alcohol, esperar antes de decidir, y sobre todo, ser conscientes de cómo nuestro cerebro reacciona ante estos estímulos.
A pesar de los trucos de los bares y restaurantes para hacernos gastar más, la idea de salir a divertirnos está aunada a encontrar el equilibrio entre disfrutar de la experiencia gastronómica fuera de casa y mantener el control sobre nuestra economía personal. Porque la mejor velada es aquella que disfrutamos en el momento sin arrepentirnos al día siguiente cuando miramos el extracto bancario.