Los aminoácidos que se combinan para formar proteínas comestibles son los ladrillos que del cuerpo humano. Un aporte adecuado de estos es vital durante la infancia y esencial en todas las edades. Un adulto físicamente activo, como un atleta de fuerza, puede requerir hasta 2,2 g de proteína por kilo corporal al día. Incluso un adulto sedentario o una persona mayor necesita alrededor de 1 g por kilo para mantener una salud óptima.
Las fuentes tradicionales incluyen carnes y lácteos, mariscos y pescados, así como frutos secos y legumbres. La producción convencional animal y vegetal puede ser costosa y conlleva impactos ambientales significativos: alto consumo de agua, presión sobre tierras cultivables y una huella de carbono poco sostenible.
Ante los desafíos del cambio climático y el crecimiento poblacional, los innovadores AgTech están desarrollando proteínas alternativas de alta calidad mediante procesos inteligentes, cercanos a los mercados de consumo, con el objetivo de lograr máxima eficiencia y lograr cero emisiones netas.
Estas proteínas emergen como soluciones viables con potencial real para contribuir a la seguridad alimentaria global. Las propuestas abarcan desde reemplazar proteínas de origen animal por alternativas vegetales o fúngicas como la lemna, una planta acuática de rápido crecimiento y gran valor nutritivo, hasta la fermentación de precisión, que usa ingeniería genética para producir proteínas comestibles específicas.
Otra vía, ya con mayor aceptación del consumidor, es la carne cultivada en laboratorio (y las carnes híbridas diseñadas para beneficios de salud), alternativa ética a la ganadería intensiva. Estas tecnologías son cada vez más escalables y atraen capital. Si quiere incorporar compañías de proteínas alternativas a su cartera, conviene conocer el panorama, las tecnologías y los mercados.
A continuación, cinco compañías que están aprovechando tecnologías de vanguardia para transformar la industria alimentaria y reforzar la cadena de suministro con proteínas alternativas.
Fundada en 2009, Beyond Meat fue pionera en comercializar alternativas vegetales a platos cárnicos populares, con la meta declarada de combatir el cambio climático. Sus hamburguesas de proteína de guisante incorporan texturizantes que simulan fibras musculares para reproducir la “experiencia de mordida” de una hamburguesa tradicional.
Beyond Burger se convirtió en su producto emblemático y dio pie a nuevas líneas. Hoy la empresa centra esfuerzos en mejorar el perfil nutricional de sus sustitutos cárnicos, bajando el contenido de sal y grasa saturada.
2. ICL Group (NYSE: ICL) (TASE: ICL)
ICL Group, uno de los líderes mundiales en minerales especializados y fertilizantes, aplica su experiencia para potenciar la funcionalidad de ingredientes de origen vegetal, mejorando su textura, estabilidad y vida útil en alimentos de proteína alternativa y lácteos vegetales.
La compañía ayuda a los fabricantes a escalar con soluciones fosfatadas para textura, estabilidad y conservación, y desarrolla ingredientes saludables como Salona, una sal marina baja en sodio y sin cloruro de potasio. Su objetivo: que los productos superen la crucial “prueba de la mordida” y generen lealtad de marca.
3. Ginkgo Bioworks (NYSE: DNA)
Fundada en 2008 por científicos del MIT, Ginkgo Bioworks emplea ingeniería celular de alto rendimiento para optimizar cepas microbianas y llevar la fermentación de precisión a escala industrial. Sus tecnologías buscan transformar el suministro de proteínas comestibles específicamente diseñadas e incorporar ingredientes funcionales de alto valor nutritivo a la cadena alimentaria.
Ginkgo mantiene un fuerte enfoque en I+D y ha adquirido sistemáticamente empresas con especializaciones de nicho, sitios de investigación y laboratorios para impulsar el crecimiento estratégico y nuevas innovaciones de ruptura.
4. Steakholder Foods (NasdaqCM: STKH)
Steakholder Foods lidera la bioimpresión 3D para agricultura celular y carne cultivada. Nacida en Israel, opera la filial belga Peace of Meat, que produce carne cultivada y se especializa en foie gras de laboratorio, antes asociado a prácticas ganaderas controvertidas. La empresa ya es capaz de producir grasa de pollo 100% cultivada en una sola tanda de producción.
Mezclada con proteínas vegetales, esta grasa muestra un gran potencial para crear platos alternativos sabrosos. La compañía desarrolla procesos escalables con capacidad de impactar el sector cárnico ofreciendo sustitutos de alta calidad.
5. Anheuser-Busch InBev (NYSE: BUD)
Conocida por cervezas icónicas como Budweiser, Stella Artois y Beck’s, Anheuser-Busch está entrando en el mercado de proteínas alternativas, adaptando y ampliando su saber hacer cervecero hacia la fermentación de precisión. Además, reutiliza y valoriza las harinas de cebada usadas subproducto de la elaboración de cerveza para producir proteínas libres de origen animal dentro de una economía circular sostenible.
La entrada de un actor global de este tamaño es muy significativa: por recursos y alcance puede influir en el sector y llevar las proteínas alternativas al gran consumo.
Proteínas alternativas: un sector en crecimiento
La industria evoluciona con rapidez. Hace apenas una década era un ámbito de nicho que despertaba interés en la comunidad AgTech y en dietas específicas, mientras la carne cultivada y las proteínas de guisante estaban lejos de la adopción masiva.
Hoy, mayor escalabilidad, costes más bajos y mejoras organolépticas hacen que las proteínas alternativas sean comercialmente viables. Persisten retos regulatorios y de marketing y la necesidad de concienciar al consumidor y construir marcas fuertes, pero la implicación de compañías de primer nivel como ICL Group y Anheuser-Busch sugiere una expansión sostenida. La inversión a lo largo de todo el espectro diseño, producción y escalado está llamada a crecer.