Multitud de clientes han tenido siempre dudas acerca de si un repartidor de empresas de delivery como Glovo, Uber Eats o Just Eat está obligado a subir hasta la puerta del domicilio de la persona que ha efectuado el pedido. Lo cierto es que no, únicamente existe una responsabilidad de entregar la comida en el portal del edificio, aunque una gran mayoría de riders lo sube los pisos necesarios, impulsados también por el deseo de una buena propina.
Esto ha provocado que se den situaciones incómodas y discusiones entre repartidores y clientes, razón por la que multitud de riders de Glovo están empezando a aclarar a los usuarios por el chat interno de la aplicación de comida a domicilio que van a tener que bajar hasta el portal para recibir el pedido. Es algo que el diario Qué! ha podido saber de primera mano tras acceder a conversaciones internas entre repartidores y clientes, comprobando que los trabajadores se encuentran molestos con las nuevas condiciones impuestas por la compañía. El siguiente es un ejemplo de uno de los mensajes aclaratorios que se envían:
«Hola, con las nuevas políticas de Glovo y exigencias al repartidor en hacer pedidos y completarlos en tiempos exageradamente absurdos, caemos en la obligación nosotros de pedirle a los clientes que tienen que esperar su pedido en la entrada del portal, ya que el trabajo que veníamos haciendo de subirlo hasta la puerta de su casa no es obligatorio y era un plus por parte de nosotros.
Por favor, esté pendiente de la app y espere fuera, ya que el protocolo será que cuando lleguemos y no esté el cliente, comenzará un temporizador y esperaremos unos minutos allí para que baje. Cualquier problema o inconveniente se lo puede comunicar a Soporte de Glovo. De ante mano, disculpe lo sucedido y espero que lo comprenda. Muchas gracias, voy en camino pendiente de la app.»

Antes los riders centraban muchos de sus esfuerzos en lograr beneficios extra con multiplicadores, pero el nuevo escenario con los repartidores contratados por Glovo exige ciertas condiciones con las que estos no están contentos. De ahí que los repartidores responsabilicen directamente a Glovo de obligar al cliente a recoger su pedido en el portal: deben completar pedidos en tiempos que consideran insuficientes, por lo que subir hasta el piso del usuario amplía la demora.
De hecho, la Sección Sindical de Solidaridad en Glovo Spain Platform S.L. presentó este martes una denuncia ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) en Madrid por las condiciones «inaceptables» de los asalariados. Los repartidores lamentan que Glovo les prometió flexibilidad para conciliar la vida laboral, pero denuncian que les cambian horarios a último momento, «unilateralmente y sin aviso», sumiéndoles en la incertidumbre. Sobre la polémica en cuestión, hablan de cálculos de kilometraje «confusos» que siempre les perjudican, jugando así con su «derecho a una remuneración digna».
Debate interno entre repartidores de Glovo sobre subir o no
Internamente, lo cierto es que los riders de Glovo no tienen una postura clara sobre hacer o no el esfuerzo extra de subir al piso especificado por el cliente. «Me ha tocado hoy un séptimo y el cliente me ha puesto un mensaje que el ascensor no funciona y tengo que subir por las escaleras, sin pedírmelo por favor ni nada«, se queja un repartidor que se cuestiona sobre si seguir entregando en la puerta o quedarse en el portal.

Otro repartidor, José Sangüesa, recuerda que en los términos y condiciones se específica que no están obligados a pisar suelo de ninguna propiedad privada, ya sea finca, apartamentos o chalets. «Te puedes negar con todas las de la ley», afirma. «No es obligatorio, pero yo subo siempre por respeto al cliente y porque considero que es mi trabajo que el pedido le llegue a la puerta de su casa, como me gustaría que me lo dejaran a mí», opina, por contra, otro trabajador.
«Pregúntale si también quieren que se lo sirva, se lo dé en la boca y espere para sacarle la basura»
Alfonso, uno de los repartidores de comida a domicilio
«Todo depende de si te gusta lo que haces, das un servicio, da igual el 1 que el 15. Quien tiene ganas de trabajar no se queja, lo hace y punto. Si quieres teletrabajar quédate en casa. Ahí está la diferencia entre un buen servicio o malo. La reputación es importante», continúa. «Pregúntale si también quieren que se lo sirva, se lo dé en la boca y espere para sacarle la basura», le replica Alfonso, uno de los repartidores, ironizando.
Algunos explican que, por la celeridad con la que deben acometer las entregas, esperan unos minutos en el portal y si el cliente no baja o se niega a bajar, le marcan como ausente y se queda sin pedido. Incluso existen personas que se inventan que la puerta del portal no abre, con tal de evitar posibles discusiones o explicaciones que les hagan perder el tiempo.

Diferencias con la paquetería
Aunque pudiera parecer similar, el servicio de las empresas de comida a domicilio dista respecto al de la paquetería. Por ejemplo, la Ley 43/2010 del Servicio Postal Universal de los envíos de Correos, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), especifica en el artículo 24 de ‘Condiciones de distribución y entrega de los envíos postales’ que la entrega debe realizarse en la dirección postal que figure en su cubierta del paquete.
Las distintas empresas de paquetería se rigen por la Ley 15/2009, de 11 de noviembre, del contrato de transporte terrestre de mercancías, en la cual se deja bien claro que el porteador tiene que entregar la mercancía transportada al destinatario en el lugar y plazo pactados en el contrato. De hecho, es el destinatario apuntado en la etiqueta el único que debe recibir el pedido, salvo que exista una anotación autorizando a otra persona de la recepción. Por tanto, lo de dejárselo a un vecino no lo puede decidir el repartidor por su cuenta, sino que debe existir una autorización previa por parte del usuario.