En toda Andalucía existe un debate silencioso que enciende las cocinas cada verano. Pocos lo admiten en voz alta, pero la receta del gazpacho se ha convertido en una cuestión de estado familiar en esta tierra andaluza. ¿Es posible que un solo ingrediente esté detrás de tantas miradas de reojo en las comidas de domingo? La respuesta te va a sorprender.
Lo que parece una simple elección culinaria esconde mucho más. En el fondo, el pepino es el ingrediente de la discordia que separa dos formas de entender la tradición en el sur de España. Es el detalle que diferencia una sopa refrescante de un auténtico tesoro gastronómico. Sigue leyendo, porque vamos a desvelar por qué la receta original no deja lugar a dudas y un chef sevillano tiene la clave.
4¿Y QUÉ PASA CON EL SALMOREJO Y EL AJOBALNCO?

Pensemos en sus primos hermanos. A nadie se le ocurriría añadirle pimiento al salmorejo, porque el salmorejo cordobés basa su éxito en la sencillez de tomate, pan, aceite y ajo. Esta misma lógica de pureza y respeto al producto es la que defiende la receta tradicional del sur para el gazpacho, donde menos es definitivamente más.
Lo mismo ocurre con el ajoblanco. Esta joya de la gastronomía de Andalucía, con su base de almendras y ajo, sería irreconocible con tomate y el ajoblanco malagueño demuestra que cada sopa fría tiene su propia identidad innegociable. Cada receta es un pilar de la cultura local y alterarla es como cambiarle una nota a una melodía perfecta.