En toda Andalucía existe un debate silencioso que enciende las cocinas cada verano. Pocos lo admiten en voz alta, pero la receta del gazpacho se ha convertido en una cuestión de estado familiar en esta tierra andaluza. ¿Es posible que un solo ingrediente esté detrás de tantas miradas de reojo en las comidas de domingo? La respuesta te va a sorprender.
Lo que parece una simple elección culinaria esconde mucho más. En el fondo, el pepino es el ingrediente de la discordia que separa dos formas de entender la tradición en el sur de España. Es el detalle que diferencia una sopa refrescante de un auténtico tesoro gastronómico. Sigue leyendo, porque vamos a desvelar por qué la receta original no deja lugar a dudas y un chef sevillano tiene la clave.
2LA VOZ DE LA TRADICIÓN HABLA DESDE SEVILLA

Hemos hablado con Rafael Murillo, chef de un conocido restaurante del barrio de Triana. Nos explica que, si nos ceñimos a la historia, la receta primigenia no incluía pepino para mantener la elegancia del plato. Nació como una emulsión sencilla y fina en el corazón de la comunidad autónoma, donde cada ingrediente tenía su porqué, sin estridencias ni protagonistas inesperados.
Según Murillo, la confusión es comprensible. El pepino es un producto de la huerta muy presente en las ocho provincias del sur, pero su inclusión es una variación moderna que se aleja de la fórmula original. Afirma que el gazpacho auténtico busca una textura sedosa y un sabor equilibrado, algo que el pepino, con su potente carga de agua y sabor, tiende a romper.