Tu coche sabe exactamente a qué hora sales de casa, qué ruta tomas para evitar a tu jefe y si te pasas las tardes en el gimnasio o en el bar de la esquina. No es ciencia ficción, es la cruda realidad de la tecnología que conduces cada día. Y lo más inquietante no es que lo sepa, sino lo que hace con esa información. Detrás de su apariencia inofensiva, tu vehículo se ha convertido en un espía que registra cada uno de tus movimientos y costumbres.
Lo que empezó como una simple herramienta para ir del punto A al punto B es ahora un centro de datos con ruedas. Piensa en ello: ¿Dónde has estado el último mes? ¿Con quién has hablado por el manos libres? ¿Qué música escuchas cuando estás de mal humor? Tu automóvil lo sabe todo. Lo más alarmante no es que lo sepa, sino que esta información íntima se vende al mejor postor sin que tú te enteres, creando un perfil detallado sobre tu vida privada.
1¿QUÉ SECRETOS LE CUENTAS A TU COCHE SIN DARTE CUENTA?

Todos damos por hecho que nuestro vehículo registra la ubicación, la velocidad o el consumo de combustible. Son datos lógicos y hasta útiles para el mantenimiento. Sin embargo, la telemetría actual va mucho más allá de lo imaginable. Lo que no sabes es que el coche que conduces también monitoriza tu estilo de conducción de forma exhaustiva, analizando cada frenazo brusco, cada acelerón y cada curva que tomas demasiado rápido.
Pero la madriguera del conejo es aún más profunda. ¿Utilizas los comandos de voz? Esas órdenes se procesan y almacenan. ¿Conectas tu móvil por Bluetooth? Tu agenda de contactos y tu registro de llamadas quedan expuestos. Algunos modelos avanzados incluso tienen sensores en los asientos o cámaras interiores. Y es que los micrófonos del interior del coche pueden grabar conversaciones privadas bajo el pretexto de mejorar la experiencia del usuario.