El demonio que te paraliza en la cama tiene una explicación científica y es más aterradora de lo que imaginas

La parálisis del sueño es un estado en el que la mente despierta pero el cuerpo sigue inmovilizado por los mecanismos de la fase REM. El estrés, la falta de sueño y dormir boca arriba son factores que aumentan la probabilidad de sufrir estos episodios aterradores.

El demonio que sientes sentado en tu pecho, que te oprime y te roba el aliento mientras tus ojos abiertos gritan en silencio, es real. No es un sueño, ni una pesadilla de la que puedas despertar, porque ya lo estás. Millones de personas han vivido esta experiencia aterradora, sintiéndose completamente indefensas en su propia cama, y la ciencia confirma que es un fallo temporal en los mecanismos que regulan el sueño. ¿Qué es esta presencia que te visita en la oscuridad?

La sensación es inequívoca: hay algo o alguien más en la habitación, una presencia maligna que te observa desde un rincón o se acerca lentamente. Este terror nocturno es tan vívido que tu instinto de supervivencia te ordena huir, pero no puedes mover ni un solo músculo. El secreto de este fenómeno es que tu cerebro está completamente despierto pero tu cuerpo sigue paralizado por la fase REM. Estás atrapado, consciente, en un cuerpo que no te obedece.

EL CEREBRO TE HACE UNA JUGADA MAESTRA

La Ciencia Explica Cómo Este Demonio Nace De Un Cortocircuito En Tu Propia Mente Durante La Transición Entre El Sueño Y La Vigilia. Fuente Ai.
La Ciencia Explica Cómo Este Demonio Nace De Un Cortocircuito En Tu Propia Mente Durante La Transición Entre El Sueño Y La Vigilia. Fuente Ai.

Cuando entramos en la fase REM, la etapa en la que soñamos de forma más intensa, nuestro cerebro activa un ingenioso mecanismo de seguridad para protegernos. Es una parálisis temporal llamada atonía muscular, y su función es que el cerebro desactiva los músculos para evitar que representemos físicamente los sueños y acabemos corriendo por la habitación. Es un interruptor que, normalmente, funciona a la perfección y ni siquiera notamos.

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El problema surge cuando se produce un desajuste en el sistema y te despiertas antes de que ese interruptor se vuelva a activar. En ese breve pero eterno instante, te conviertes en un prisionero en tu propio cuerpo, una mente atrapada en una cárcel de carne y hueso. La parálisis del sueño, el origen de este demonio, no es más que eso: un lapso en el que la consciencia se recupera antes que el control motor del cuerpo.

¿POR QUÉ VEMOS COSAS QUE NO ESTÁN AHÍ?

Cuando tu mente despierta y se da cuenta de que no puede mover el cuerpo, entra en pánico. La sensación de opresión en el pecho, producto del ritmo de la respiración en fase REM, y la inmovilidad total necesitan una explicación lógica. Al no encontrarla, el cerebro intenta explicar la parálisis y el miedo creando una figura que los justifique. De repente, esa sombra en la esquina de la habitación cobra vida y se convierte en la causa de tu terror.

Esta presencia maligna no es aleatoria. El cerebro recurre a un archivo de miedos primarios y culturales para dar forma a la amenaza. Por eso, muchas personas describen una figura oscura, un ser encapuchado o una «bruja» sentada sobre ellas. Estas alucinaciones, llamadas hipnagógicas o hipnopómpicas, se sienten absolutamente reales porque se nutren de nuestros miedos culturales y arquetipos del mal más profundos.

EL MAPA DEL MIEDO: ¿QUIÉN ES MÁS PROPENSO A SUFRIRLO?

Aunque Este Demonio Puede Visitar A Cualquiera Sin Previo Aviso, Ciertos Factores Y Hábitos Aumentan Las Probabilidades De Que Se Manifieste. Fuente Ai.
Aunque Este Demonio Puede Visitar A Cualquiera Sin Previo Aviso, Ciertos Factores Y Hábitos Aumentan Las Probabilidades De Que Se Manifieste. Fuente Ai.

No se trata de una maldición ni de una señal sobrenatural. Cualquiera puede experimentar parálisis del sueño al menos una vez en la vida, pero es mucho más común en personas que sufren altos niveles de ansiedad o estrés. La falta de sueño, los horarios irregulares o el jet lag también son potentes detonantes, ya que el estrés y los patrones de sueño irregulares son los principales catalizadores de estos episodios.

Curiosamente, la postura al dormir también parece influir. Aunque puede ocurrir en cualquier posición, muchos de los testimonios coinciden en que estaban durmiendo boca arriba. No es una regla escrita en piedra, pero la ciencia sugiere que dormir en posición supina parece aumentar las probabilidades al favorecer pequeñas apneas. Este demonio, al final, no distingue de edad ni condición, solo busca una mente cansada.

UN FENÓMENO UNIVERSAL CON MUCHOS NOMBRES

Antes de que la neurociencia le pusiera nombre, cada cultura intentó dar una explicación a esta experiencia paralizante. En la mitología europea se hablaba de íncubos y súcubos, demonios que se sentaban sobre el pecho de sus víctimas para robarles la energía. En Terranova lo llamaban la «Vieja Bruja» y en Japón, «kanashibari». La conclusión es que culturas de todo el mundo tienen leyendas para describir exactamente la misma experiencia.

El famoso cuadro «La pesadilla» de Henry Fuseli, pintado en 1781, es la representación perfecta de este fenómeno: una mujer dormida con un pequeño demonio sentado sobre su torso. Esto demuestra que la sensación de ser atacado por una criatura en la cama es una constante en la historia humana, porque el arte y el folclore han intentado representar este terror paralizante durante siglos. No estás solo en esto.

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CÓMO ROMPER EL HECHIZO (O AL MENOS INTENTARLO)

Saber Qué Es Este Fenómeno Es El Primer Paso Para Aprender A Gestionar Su Aterradora Visita Y Arrebatarle El Poder Que Tiene Sobre Ti. Fuente Ai.
Saber Qué Es Este Fenómeno Es El Primer Paso Para Aprender A Gestionar Su Aterradora Visita Y Arrebatarle El Poder Que Tiene Sobre Ti. Fuente Ai.

Aunque durante el episodio te sientas completamente indefenso, hay pequeñas acciones que pueden ayudar a romper la parálisis. La clave es no luchar contra la inmovilidad general, sino centrar toda tu concentración en una parte pequeña del cuerpo. Por ejemplo, intentar mover insistentemente los dedos de las manos o los pies puede ayudar a ‘despertar’ el cuerpo y hacer que el cerebro recupere el control motor.

La mejor arma contra este demonio es el conocimiento. Saber que no es real, que es un fallo temporal de tu cerebro y que terminará en unos segundos, reduce drásticamente el pánico. Gestionar el estrés y mantener una buena higiene del sueño es la mejor prevención. La próxima vez que te visite, recuerda que su poder reside en tu miedo, y que entender su naturaleza es la única luz que puede disipar esa oscura sombra.

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