Tres australianos y un pequeño bicho cambiaron para siempre los videojuegos indie antes de Hollow Knight: Silksong

Silksong está presente en la Gamescom 2025 que se está celebrando estos días, pero fue su antecesor, Hollow Knight (2017), el videojuego que lo cambió todo para Team Cherry y para el panorama de los títulos independientes.

Estos días se está celebrando la Gamescom 2025, el mayor evento de videojuegos de Europa. Allí, en Colonia (Alemania), está presente por fin Hollow Knight: Silksong, una de las obras más esperadas de los últimos años y del que por fin tendremos anuncio definitivo —previsiblemente de fecha de lanzamiento cercana— el próximo 21 de agosto a las 16:30. Se ha hecho de rogar, puesto que Team Cherry, el estudio australiano que lo desarrolla, lo anunció originalmente el 14 de febrero de 2019, resultando en un día de los enamorados perfecto para los que se enamoraron del primer título de la franquicia.

Fueron muchos, puesto que cuando Hollow Knight llegó a PC (Steam) dos años antes, el 24 de febrero de 2017, pocos imaginaron que el metroidvania dibujado a mano de un pequeño estudio australiano formado por solo tres personas iba a convertirse en piedra angular del desarrollo independiente moderno. Financiado originalmente a través de Kickstarter (plataforma de micromecenazgo) con poco más de 57.000 dólares australianos y 2.158 mecenas, el proyecto creció desde un metroidvania muy pequeño hasta una aventura vasta, densa y elegíaca que hoy sigue marcando la conversación creativa, de diseño y hasta de precios en buena parte del ecosistema indie.

El trabajo de Ari Gibson, William Pellen y Jack Vine, junto a la —a menudo melancólica— banda sonora compuesta por Christopher Larkin, bastó para presentarnos un título catedralicio en el género; una demostración de preciso control a los mandos, atrapante diseño de niveles y gloriosa creación de un mundo y unos personajes que han quedado en el recuerdo. De ahí que rápidamente se anunciara Silksong, que partía como expansión pero acabó siendo un nuevo videojuego, protagonizado esta vez por Hornet, un personaje secundario pero muy importante.

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Y es que el personaje principal de la obra primigenia no tiene ni nombre, aunque se le conozca como «El Caballero». Sin nombre ni voz, el pequeño bichejo se ganó un hueco en el corazón de miles de jugadores en las distintas plataformas, una demostración de que a veces menos es más. El personaje se asemeja a un insecto, aunque sobre el papel es una vasija nacida del Vacío y uno de los muchos recipientes que existen en el universo.

Con él recorremos Hollownest, una civilización en decadencia asolada por una plagada que ha arrasado con todo. Una especie de hormiguero enorme donde nos cruzaremos con multitud de personajes inspirados en insectos y animales: de escarabajos a orugas, pasando por las impertérritas y magníficas mantis que nos ofrecen uno de los mejores combates de la historia del género.

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Las influencias y el éxito de Hollow Knight

Las influencias del juego son transparentes y a la vez bien destiladas: Metroid y el linaje Castlevania para la cartografía enrevesada, Zelda II y Mega Man X en el control milimétrico del personaje y el lenguaje de habilidades y por último, ecos de ‘soulslike’ en la lectura de riesgo–recompensa y la narrativa ambiental. Es algo que Team Cherry lo ha reconocido en múltiples entrevistas, con un origen curioso: una idea surgida durante una jam de videojuegos en 2013.

Una dirección de arte de tinta limpia, su música envolvente y un diseño que premia el descubrimiento fueron los pilares para una recepción crítica muy positiva y reconocimientos como sendas nominaciones en los Game Developers Choice Awards o los prestigiosos premios BAFTA. Pero en realidad fue el boca a boca el que convirtió a Hollow Knight en un fenómeno. Por su efecto, en junio de 2018 ya había superado el millón de copias en PC —antes de desembarcar en Switch— y en febrero de 2019 Team Cherry confirmó un total de 2,8 millones de unidades vendidas, una cifra imponente dado el tamaño del estudio australiano.

Su precio, que no superaba los 20 euros (salvo en ediciones posteriores con expansiones) y con multitud de ofertas que rebajaban incluso a la mitad el mismo, se consideró «criminalmente barato», hasta el punto de condicionar la estrategia de lanzamiento de otros títulos de la escena independiente. Por ejemplo, el desarrollador Jordan Morris (Haiku, the Robot, Rusty’s Retirement) afirmó este 2025 que dudó en poner su juego por encima de 15 dólares por miedo a «quedarse corto» frente al estándar emocional que fijó Hollow Knight.

Muchos lo han intentado emular… pero ahí está Silksong

En lo estrictamente creativo, Hollow Knight ayudó a consolidar una «segunda juventud» del metroidvania independiente: mundos interconectados legibles pero misteriosos, backtracking con intención, bosses contundentes y una economía de recursos que premia la calma en la ejecución. Si bien no inventó ninguno estos rasgos, los empaquetó con coherencia autoral.

Captura De Hollow Knight
Captura De Hollow Knight | Fuente: Team Cherry

De ahí que hayamos visto casos como Ender Lilies, donde sus responsables han reconocido que competían en un espacio con Hollow Knight como referente inevitable, y por ello buscaron diferenciarse por estética anime y un sistema de habilidades por invocaciones. También fue espejo de Crowsworn, con el estudio Mongoose Rodeo hablando abiertamente de sus parecidos —junto a influencias como Bloodborne o Devil May Cry— y de cómo asumen el listón de animación 2D y combate marcado por Team Cherry para construir su propia identidad. O el roguelike Have a Nice Death, cuya estética está claramente inspirada. Y como ellos, decenas.

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La huella también se nota en prácticas que llevan a cabo los propios jugadores, como las rutas de speedrun pensadas alrededor del control «quirúrgico» del Caballero, mods y randomizers que exploran su mapa como un juguete de diseño sistémico, y una cultura de lectura del lore a través de escenarios y descripciones que muchos equipos han replicado.

De igual forma, el modelo de soporte aplicado por los responsables de Hollow Knight ha sido uno que se ha tomado de referencia para las hojas de ruta de los estudios (y distribuidoras) independientes. Cuatro expansiones gratuitas —de Hidden Dreams a Godmaster— reforzaron la relación con la comunidad y alargaron la vida del juego sin fracturarla, una constante que hemos visto replicarse en proyectos posteriores.

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Y es que ocho años después de su estreno y con Silksong por fin a la vuelta de la esquina, Hollow Knight sigue operando como actual estándar del metroidvania indie: unas raíces muy claras reconvertidas con una sensibilidad estética propia y una precisión jugable inusual en equipos tan pequeños como el Team Cherry. Al fin y al cabo, a estos australianos les cambió la vida un pequeño bicho y un universo sinigual.

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