La memoria es como un músculo: si no se usa, se oxida. Pero no basta con hacer sudokus o aprenderse listas interminables de palabras, porque eso, aunque ayuda, no es la clave. Muchas veces, lo que necesita nuestro cerebro para recordar mejor es justo lo que menos practicamos. El reto está en incorporar pequeños hábitos que, casi sin darte cuenta, transforman tu capacidad para retener y recuperar información.
Y lo más curioso es que la mayoría de estos ejercicios para entrenar la mente no requieren horas de esfuerzo, sino momentos bien aprovechados. La memoria mejora cuando se combina estimulación mental, movimiento y emociones positivas. El truco está en convertirlos en parte de tu vida diaria, como quien se cepilla los dientes o prepara el café de la mañana.
5DESCANSAR ES ENTRENAR

Puede sonar contraintuitivo, pero dormir bien es uno de los mejores ejercicios para ejercitar tu memoria. Durante el sueño, el cerebro organiza y consolida la información adquirida. Sin un descanso suficiente, es como si intentaras guardar documentos en un cajón que nunca se cierra. No importa cuánto estudies o practiques: sin sueño reparador, el esfuerzo se desperdicia.
También funcionan las pausas cortas entre sesiones de estudio o trabajo mental. Darle espacio al cerebro para procesar es tan importante como el propio aprendizaje activo. Una siesta breve, una caminata o simplemente desconectar mirando por la ventana pueden hacer maravillas por tu memoria.