Ejercicios para ejercitar tu memoria que de verdad funcionan (y no son lo que imaginas)

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La memoria es como un músculo: si no se usa, se oxida. Pero no basta con hacer sudokus o aprenderse listas interminables de palabras, porque eso, aunque ayuda, no es la clave. Muchas veces, lo que necesita nuestro cerebro para recordar mejor es justo lo que menos practicamos. El reto está en incorporar pequeños hábitos que, casi sin darte cuenta, transforman tu capacidad para retener y recuperar información.

Y lo más curioso es que la mayoría de estos ejercicios para entrenar la mente no requieren horas de esfuerzo, sino momentos bien aprovechados. La memoria mejora cuando se combina estimulación mental, movimiento y emociones positivas. El truco está en convertirlos en parte de tu vida diaria, como quien se cepilla los dientes o prepara el café de la mañana.

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CAMBIA EL ESCENARIO

Fuente: Freepik

Nuestro cerebro se acomoda con facilidad, y eso es un problema para la memoria. Cuando repetimos una tarea siempre en el mismo lugar y de la misma manera, dejamos de prestar atención plena. Romper la rutina es un estímulo potente para que el cerebro se mantenga alerta. Algo tan simple como cambiar de ruta al ir al trabajo o estudiar en una cafetería distinta puede marcar la diferencia.

Incluso reorganizar tu escritorio o redecorar una habitación ayuda a generar nuevas conexiones neuronales. Estos pequeños cambios actúan como un reinicio que obliga a tu memoria a adaptarse y a estar más activa. Cuanto más variada sea tu experiencia diaria, más fácil será retener información nueva.

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