El ayuno intermitente no es solo una moda pasajera, es una forma de replantear nuestra relación con la comida. Cada vez más personas descubren que no comer a ciertas horas les sienta mejor que cualquier dieta estricta. En un mundo en el que desayunar, comer y cenar parece inamovible, surge la idea de que saltarse una comida de vez en cuando puede ser justo lo que tu cuerpo necesitaba. La curiosidad por este hábito crece y, con ella, las historias de quienes aseguran sentirse más ligeros, más activos y, sorprendentemente, menos obsesionados con la nevera.
No hablamos de pasar hambre ni de sufrimiento, sino de aprender a escuchar los ritmos naturales del cuerpo. El truco está en alternar periodos de ingesta con otros de descanso digestivo para dar un respiro al organismo. Hay quien lo llama ayuno controlado, otros prefieren hablar de ventana de alimentación, pero todos coinciden en algo: esta práctica está revolucionando la forma de comer en todo el mundo. Y lo mejor es que no requiere contar calorías ni preparar menús imposibles.
5NO ES PARA TODOS, PERO PUEDE SER PARA TI

Como cualquier cambio de hábitos, el ayuno intermitente no es universal. Hay personas para las que reducir las horas de comida no es recomendable por razones médicas o de estilo de vida. Antes de lanzarse a ello conviene conocer las señales del cuerpo y, si es necesario, consultar con un profesional.
Si encaja contigo, descubrirás que no es solo una cuestión de salud, sino también de libertad. Comer sin estar atado a horarios abre la puerta a una relación más intuitiva y placentera con la comida. Tal vez empieces por curiosidad y acabes encontrando una forma de vida que, sin darte cuenta, te cambie más de lo que esperabas.