El ayuno intermitente no es solo una moda pasajera, es una forma de replantear nuestra relación con la comida. Cada vez más personas descubren que no comer a ciertas horas les sienta mejor que cualquier dieta estricta. En un mundo en el que desayunar, comer y cenar parece inamovible, surge la idea de que saltarse una comida de vez en cuando puede ser justo lo que tu cuerpo necesitaba. La curiosidad por este hábito crece y, con ella, las historias de quienes aseguran sentirse más ligeros, más activos y, sorprendentemente, menos obsesionados con la nevera.
No hablamos de pasar hambre ni de sufrimiento, sino de aprender a escuchar los ritmos naturales del cuerpo. El truco está en alternar periodos de ingesta con otros de descanso digestivo para dar un respiro al organismo. Hay quien lo llama ayuno controlado, otros prefieren hablar de ventana de alimentación, pero todos coinciden en algo: esta práctica está revolucionando la forma de comer en todo el mundo. Y lo mejor es que no requiere contar calorías ni preparar menús imposibles.
3PESO, SACIEDAD Y MÁS ALLÁ

Para quienes buscan perder kilos, el ayuno intermitente puede ser una herramienta efectiva, siempre que se combine con alimentos de calidad. No se trata de comer menos, sino de comer mejor en un tiempo más reducido. Al concentrar las comidas en unas horas, es más fácil mantener un déficit calórico sin caer en el conteo obsesivo de cada bocado.
Pero no todo es la báscula. Muchos comentan que su sensación de saciedad aumenta, y eso hace más llevadero resistirse a caprichos innecesarios.Acostumbrar al cuerpo a periodos sin comida puede romper el ciclo de picoteo constante. Y lo más curioso es que, al cabo de unas semanas, lo que antes parecía un reto se convierte en algo natural.