La cobertura informativa de los incendios en España durante los últimos días, se ha convertido en un auténtico desafío para los periodistas desplazados a las zonas afectadas. Lo ocurrido con el reportero de ‘Fiesta’ de Telecinco lo ha dejado en evidencia.
El periodista Martín de la Torre fue abruptamente expulsado de un municipio de Cáceres mientras realizaba una conexión en directo. Entre gritos, tensión y hasta la amenaza con un bate, el periodista tuvo que abandonar la zona afectada a la vista de la audiencia. Una situación que, además de impactar a los espectadores, reabre el debate sobre los riesgos de informar en escenarios donde la vulnerabilidad está en cada espacio.
2La expulsión en directo del reportero de ‘Fiesta’

Martín de la Torre, reportero de ‘Fiesta’, se encontraba en un municipio cacereño afectado por los incendios en España. En plena conexión, mientras mostraba a cámara de Telecinco los campos calcinados, fue interrumpido por un vecino que comenzó a gritarle: «¡Fuera! Se ha reactivado el incendio ahí abajo». Aunque de entrada, la frase podía sonar a un aviso de seguridad, el tono del hombre pronto evidenció que no era un mensaje por resguardo.
El propio reportero reconoció ante los espectadores del programa de Mediaset que: «Estamos teniendo problemas porque hay un vecino». La situación empeoró cuando el ciudadano apareció con un bate en la mano y siguió increpando al reportero: «Aquí no podéis estar. ¡Sois un peligro! ¡Fuera!». Ante la amenaza y el factor riesgo al que estaban expuestos, tanto De la Torre como el equipo técnico de Telecinco que lo acompañaba, se vieron obligados a abandonar la zona sin terminar el reportaje.
El periodista intentó explicar lo sucedido en directo para el programa: «Es un vecino de la zona con el que hemos hablado y está bastante dolido. No le gusta nuestra presencia aquí. Queríamos mostraros un campo que está calcinado, pero el vecino nos está echando. Lleva un bate en la mano, por lo que vamos a irnos de la zona para no dar más problemas». Sus declaraciones argumentaban el malestar de un ambiente enrarecido, donde la tensión por la devastación de las llamas se mezclaba con el rechazo a la presencia de las cámaras.