En Barcelona, la lucha contra los pisos turísticos ilegales enfrenta un desafío que no deja de crecer, el 71% de estos alojamientos se camuflan como “alquileres de temporada”, una figura legal destinada a estancias de más de 31 días que no requiere licencia turística, y he allí donde se genera la trampa. Sin embargo, muchos propietarios permiten reservas por días, transformando estos pisos en alojamientos turísticos irregulares que eluden la normativa vigente.
Esta práctica ha sido identificada en 363 pisos ilegales detectados solo en el mes de julio de 2025, una cifra que viene a evidenciar una sofisticación que dificulta su control y regulación. Para hacer frente a esta situación, el Ayuntamiento de la ciudad ha implementado herramientas tecnológicas (como el “software Araña”), que han permitido desactivar más de 16.000 anuncios ilegales en plataformas como Airbnb y Booking, sin embargo, hasta la fecha el problema persiste, incluso llegando a extenderse a otras ciudades.
A pesar de la cooperación de estas plataformas, persisten tensiones, especialmente con Airbnb, debido a la necesidad de modificar sus sistemas para bloquear reservas cortas bajo alquiler de temporada. En paralelo, el marco legal contempla multas severas y se está avanzando hacia un registro digital único que promueve la transparencia. Mientras tanto, la ciudad trabaja (con la esperanza) para transformar pisos turísticos en viviendas residenciales para responder a la crisis habitacional, con el objetivo de erradicar esta problemática para 2028 y proteger así la calidad de vida de sus vecinos, ¿será que lo logrará?
Por qué se ocultan los pisos turísticos

El 71% de los pisos turísticos ilegales detectados en Barcelona se venían camuflando bajo anuncios de alquiler de temporada, una modalidad que oficialmente está destinada a estancias superiores a 31 días, o por lo menos es lo que estable la normativa vigente. Este recurso es aprovechado por muchos propietarios para eludir los estrictos controles y licencias que exige el Ayuntamiento para los alojamientos turísticos de corta duración.
Al anunciarse como alquileres de temporada, estos pisos evitan incluir el número de licencia HUT obligatorio (y es que al parecer muchos de estos pisos no cuentan con la licencia), lo que dificulta su identificación y sanción. Esta estrategia añade una capa de complejidad para las plataformas digitales (Airbnb y Booking) y las autoridades (Ayuntamientos), ya que el anuncio parece legal y orientado a residentes temporales, como estudiantes o trabajadores, cuando en realidad se usa para turistas que buscan estancias cortas.
Esto permite que muchos pisos operen de forma irregular (y vaya que si lo hacen y no solo en Barcelona, sino en varias ciudades del país, sobre todo en aquellas con alta actividad turística), desbordando los sistemas de control y generando un mercado paralelo que dificulta la lucha contra el turismo ilegal.
Impacto en el control y en los barrios

El disfraz de alquileres temporales diluye la eficacia de la normativa y afecta directamente la calidad de vida en los barrios de Barcelona. Los vecinos sufren molestias relacionadas con la masificación, el ruido y la pérdida de identidad comunitaria, problemas que un 63,7% de los barceloneses reconoce y denuncia.
Sin embargo, menos de la mitad de los pisos ilegales detectados aparecen registrados oficialmente, lo que dificulta actuar con contundencia. El Ayuntamiento ha intensificado sus inspecciones y sanciones, revisando miles de anuncios y actuando rápidamente para eliminar los ilegales.
No obstante, el auge de estos pisos fraudulentos supone un desafío continuo que requiere recursos y tecnología avanzada para evitar que los vecindarios pierdan su carácter residencial y se conviertan en zonas saturadas por turismo masivo y temporal.
Qué reformas y medidas ha tomado el Gobierno

Desde julio de 2025, el Gobierno ha implementado un registro único digital para pisos turísticos, con un código identificativo obligatorio para cada vivienda que se anuncie para uso turístico. Esta medida obliga a plataformas como Airbnb o Booking a mostrar dicha referencia y eliminar cualquier anuncio que no cumpla con esta normativa, (lo que se ha venido realizando con éxito en ciudades como Barcelona, Madrid y Valencia) fortaleciendo el control y la transparencia del mercado.
Además, el Ministerio de Consumo ha impulsado la retirada de decenas de miles de anuncios ilegales y sin registro, reforzando la colaboración con los ayuntamientos. Esta vigilancia conjunta busca evitar que las ciudades se conviertan en parques temáticos y garantizar que la vivienda siga siendo accesible para los residentes, protegiendo así el equilibrio entre turismo y calidad de vida.
Qué deben saber los vecinos y posibles inquilinos

Los vecinos y futuros inquilinos deben estar atentos a que un alto porcentaje de los pisos turísticos ilegales se anuncian como alquileres de temporada, dificultando su detección inmediata. Esto significa que una vivienda que parece estar destinada a estancias medias o largas puede estar operando de manera irregular, con los riesgos que ello implica para la seguridad y convivencia en el barrio.
Además, las denuncias ciudadanas y las plataformas de control han identificado cientos de viviendas sin licencia solo en Cataluña, muchas de ellas en Barcelona. Los residentes deben conocer que existen sanciones importantes para propietarios y anunciantes, y que la colaboración ciudadana es clave para que el Ayuntamiento pueda seguir detectando y eliminando estos pisos ilegales.