Especial 20 Aniversario

La ‘vibración fantasma’ del móvil en el bolsillo que todos sentimos: Psicólogo lo explica, y es para asustarse

-

La ‘vibración fantasma’ del móvil en el bolsillo es esa extraña sensación que te hace llevarte la mano al pantalón, convencido de haber recibido una notificación, para descubrir que no ha pasado absolutamente nada. No estás solo, no te estás volviendo loco. De hecho, este fenómeno es una alucinación táctil increíblemente común en la era digital que afecta a la mayoría de los usuarios. Es un tic tan extendido que la ciencia ya le ha puesto nombre y ha encontrado una explicación fascinante que revela mucho sobre cómo nuestro cerebro se adapta a la tecnología.

Publicidad

Esta sensación no es un fallo de tu smartphone, sino una jugada maestra de tu propia mente. Es un truco que nos hace el cerebro, una respuesta aprendida que demuestra hasta qué punto hemos integrado la tecnología en nuestra percepción del mundo. Y es que nuestro cerebro se ha vuelto tan sensible a las posibles alertas que prefiere generar una falsa alarma a arriesgarse a perder una llamada o mensaje importante. Antes de culpar a tu teléfono, prepárate para descubrir por qué el verdadero responsable de esa vibración imaginaria está dentro de tu cabeza.

4
¿ESTAMOS ENGANCHADOS? LA ANSIEDAD Y EL FOMO

Fuente Pexels

Este fenómeno se intensifica en personas con mayores niveles de estrés, ansiedad o una fuerte dependencia emocional del móvil. La necesidad de estar constantemente disponible, el miedo a perderse algo importante (el famoso FOMO, Fear Of Missing Out) o la simple espera de un mensaje crucial ponen a nuestro sistema nervioso en un estado de hipervigilancia. En este estado, la ansiedad por la conexión digital actúa como un amplificador, haciendo que nuestro cerebro sea mucho más propenso a malinterpretar las señales sensoriales. Cuanto más necesitamos estar conectados, más sentimos las vibraciones fantasma.

La anticipación de esa pequeña recompensa de dopamina juega un papel fundamental. Nuestro cerebro no solo reacciona a la notificación, sino que anhela la posibilidad de recibirla. Esta expectativa constante es agotadora y nos mantiene en un estado de tensión casi imperceptible. Por eso, este tic es un síntoma de la sobrecarga de estímulos y de la cultura de la inmediatez en la que vivimos. No es el móvil el que vibra, es nuestra ansiedad la que lo hace, proyectando esa necesidad en una sensación física que nos obliga a comprobar una y otra vez.

Publicidad