En la televisión, pocas cosas atraen tanto como una historia de superación. Sin embargo, no siempre lo que vemos en pantalla refleja toda la verdad. El estreno en Netflix del documental ‘The Biggest Loser: La verdad del reality para perder peso’ ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la idealización del «cuerpo perfecto» y las consecuencias que esta presión puede tener en quienes se someten a ella.
A través de testimonios directos de concursantes, entrenadores y productores, esta producción expone lo que el público no vio durante las 18 temporadas del exitoso programa estadounidense que mostró la transformación de los participantes durante su proceso de perder peso.
1‘The Biggest Loser’: Un éxito televisivo con un precio alto

El formato de ‘The Biggest Loser’ se convirtió en un fenómeno internacional. La fórmula era sencilla: personas con obesidad competían por perder la mayor cantidad de peso en el menor tiempo posible, con la promesa de un premio de 250.000 dólares para el ganador. Una exconcursante llegó a describir su experiencia como «ganar la lotería». La final del programa llegó a reunir a más de 10 millones de espectadores, una cifra que confirmaba su impacto global.
Pero detrás de las cámaras, los participantes vivían sometidos a rutinas de entrenamiento extremo, presiones psicológicas y dietas restrictivas que, en muchos casos, dejaron secuelas físicas y emocionales.