Especial 20 Aniversario

La extraña razón por la que siempre te despiertas justo cinco minutos antes de que suene la alarma del móvil

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Esa sensación casi paranormal de abrir los ojos justo antes de que suene la alarma del móvil es una experiencia tan común como desconcertante. Te quedas mirando el techo, en el silencio de la madrugada, esperando esa melodía que ya no te sorprenderá. Lo que quizás no sepas es que no es casualidad, telepatía ni un superpoder recién adquirido, ya que tu cuerpo tiene un reloj interno increíblemente preciso que aprende tus hábitos. Este fenómeno, lejos de ser un misterio, es una de las demostraciones más fascinantes de cómo nuestra biología ancestral sigue funcionando a la perfección en un mundo dominado por la tecnología y los horarios impuestos.

Este despertar anticipado es, en realidad, un mecanismo de defensa de tu propio organismo. Una especie de protocolo de seguridad biológico que se activa para protegerte del sobresalto. Este fenómeno tiene una explicación científica fascinante, pues el organismo se anticipa a la alarma liberando hormonas para despertarte suavemente y evitar el choque que supone pasar del sueño profundo a la vigilia de forma abrupta. Así que la próxima vez que te pase, no pienses que es una simple coincidencia; es tu cuerpo diciéndote que te conoce mejor de lo que crees y que prefiere hacer las cosas a su manera, con calma.

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LA PROTEÍNA ‘PER’: EL SECRETO ESTÁ EN TUS CÉLULAS

Fuente Freepik

La explicación se vuelve aún más precisa cuando bajamos al nivel celular. La clave de este reloj interno reside en una molécula concreta: la proteína PER. Su nombre viene del gen «Period» que la produce, y su funcionamiento es la base de nuestro ritmo circadiano. Durante el día, los niveles de esta proteína van aumentando en nuestras células. Por la noche, mientras dormimos, sus niveles empiezan a descender gradualmente. Es un ciclo constante y predecible. La magia ocurre porque una proteína llamada PER se acumula en las células durante el día y se disipa por la noche.

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Este mecanismo es como un temporizador biológico increíblemente fiable. Cuando tu cuerpo aprende que la alarma del móvil suena cada día a la misma hora, ajusta el ciclo de la proteína PER para que sus niveles más bajos coincidan justo con ese momento. De esta forma, el cuerpo no necesita el estímulo externo del despertador para iniciar el proceso de vigilia. Simplemente, sigue su propio guion interno. De hecho, cuando los niveles de esta proteína caen a un punto determinado, la célula recibe la señal de que un nuevo día comienza, iniciando una cascada de procesos bioquímicos que te preparan para abrir los ojos.

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