Ese momento de extrañeza al abrir tu cuenta de Netflix y ver un perfil con un nombre que no reconoces, o una serie en «Seguir viendo» que jamás has empezado, es una señal de alarma que la mayoría ignora. Lo achacamos a un fallo de la plataforma, a un sobrino que usó la tele o a un amigo al que le dejamos la clave hace meses. Pero la realidad puede ser mucho más inquietante y organizada. Existe un submundo de ‘okupas digitales’ que no necesitan ser genios informáticos para colarse en tu salón virtual, y lo hacen explotando un único y extendido punto débil: nuestra propia pereza con las contraseñas.
Lo que parece un simple incordio es en realidad la punta del iceberg de un problema de seguridad masivo que afecta a millones de usuarios de servicios de vídeo bajo demanda. Estos intrusos no entran adivinando tu fecha de nacimiento; utilizan métodos semiautomatizados que aprovechan la información robada en otros lugares de internet. ¿La mala noticia? Tu cuenta podría estar siendo vendida en este mismo momento en un foro clandestino por un par de euros. ¿La buena? Protegerse es mucho más sencillo de lo que crees, pero requiere entender cómo actúan estos ciberdelincuentes y cambiar un mal hábito que casi todos tenemos.
2LOS ‘OKUPAS DIGITALES’: EL NEGOCIO OCULTO DE TUS CONTRASEÑAS

¿Quiénes son estas personas y por qué querrían entrar en tu cuenta? La respuesta es simple: dinero. Los ‘okupas digitales’ no suelen ser los consumidores finales, sino intermediarios. Son individuos o pequeños grupos que se dedican a recopilar credenciales de acceso a cuentas de streaming y luego las revenden a bajo coste en mercados negros de internet, como foros especializados o canales de Telegram. Por unos pocos euros, cualquiera puede comprar acceso a una cuenta premium de Netflix por un mes, un chollo para el comprador y un negocio redondo para el vendedor, que no ha pagado nada.
El mercado es sorprendentemente grande y organizado. Los vendedores ofrecen «garantías», asegurando que si el dueño original cambia la contraseña y pierdes el acceso, te darán otra cuenta gratis. Para ellos, el suministro de credenciales es casi inagotable. No les importa tu historial de visionado ni tus datos personales; para ellos, tu cuenta es simplemente una mercancía, un producto digital fungible. Lo más alarmante es que la mayoría de las víctimas nunca se enteran de que su cuenta ha sido comprometida y vendida, simplemente notan cosas raras que atribuyen a fallos técnicos o a un uso compartido que no recuerdan haber autorizado.