A lo largo de la historia, los tsunamis han demostrado ser una de las fuerzas naturales más devastadoras del planeta. Al contrario de lo que sucede con las olas comunes, que genera el viento, estos fenómenos tienen lugar como consecuencia de perturbaciones masivas que desplazan la columna de agua de forma vertical. Este es el caso de deslizamientos de tierra, terremotos submarinos o erupciones volcánicas, entre otros.
Este tipo de fenómenos crean olas que, en aguas profundas, viajan a velocidad que pueden alcanzar incluso los 800 km/h, con longitudes de onda de 100 a 200 kilómetros. Aunque al acercarse a la costa pierden velocidad, ganan altura y tienen un alto potencial destructivo.
6EL DEVASTADOR TSUNAMI DEL OCÉANO ÍNDICO EN 2004

Ya en el siglo XXI, el 26 de diciembre de 2004, un terremoto de 9,1 en la escala Richter sacudió Sumatra, llevando a desplazar 30 kilómetros cúbicos de agua. En Banda Aceh (Indonesia), el mar se retiró para minutos más tarde llegar con gran fuerza, con olas de hasta 51 metros de altura que perpetraron hasta 5 kilómetros tierra adentro, arrasando con todo a su paso.
Este fenómeno natural duró 7 horas y llegó a Somalia, a 5.000 kilómetros de distancia. En lugares como Tailandia o Sri Lanka el resultado fue devastador. En total, murieron 227.898 personas de 17 países, y 1,17 millones fueron desplazados de sus hogares. La tragedia supuso que en 2006 se creó el Sistema de Alerta de Tsunamis del Océano Índico.