Especial 20 Aniversario

El límite de alcohol para conductores novatos: más estricto de lo que crees

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La relación entre el alcohol y el volante está llena de mitos, de frases hechas y de una peligrosa picaresca que todos hemos oído alguna vez en una sobremesa. «Yo controlo», «si es solo una cerveza», «por una no pasa nada». Son mantras repetidos hasta la saciedad, especialmente en esas primeras noches de verano con el carnet recién estrenado, cuando las llaves del coche en el bolsillo pesan como un trofeo a la libertad. Sin embargo, lo que muchos chavales y no tan chavales desconocen es que la ley no les trata igual que al resto. Detrás de esa aparente confianza, muchos conductores noveles desconocen que la tasa de alcoholemia permitida para ellos es mucho más dura. Un detalle que puede convertir una noche de celebración en una pesadilla legal y económica.

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Esta diferencia no es un tecnicismo sin importancia; es una frontera que puede cruzarse con una facilidad pasmosa, casi sin darte cuenta. Y el problema es que la mayoría se entera de esta realidad en el peor momento posible: en medio de un control, con las luces azules parpadeando y el corazón en un puño. Porque para ese colectivo, el margen de error es mínimo, casi inexistente. La ley entiende que la inexperiencia es un factor de riesgo demasiado alto como para añadirle el efecto de las bebidas alcohólicas. Por eso, para los conductores noveles el margen legal es casi inexistente y la filosofía que se aplica es, en la práctica, la de la tolerancia cero. ¿Crees que conoces el límite? Sigue leyendo, porque es muy probable que te equivoques.

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LAS CONSECUENCIAS: MÁS ALLÁ DE LA MULTA

Fuente Pexels

Superar esa tasa reducida no es una broma. Las consecuencias van mucho más allá de una simple reprimenda. Si un conductor novel da un resultado de entre 0,16 mg/l y 0,30 mg/l en aire, se enfrenta a una sanción económica de 500 euros y la retirada de 4 puntos del carnet. Si la tasa supera los 0,30 mg/l, la multa asciende a 1.000 euros y la pérdida de 6 puntos. Teniendo en cuenta que un novel parte con solo 8 puntos, un error puede suponer quedarse sin más de la mitad del crédito de una sentada. Es un precio altísimo por no haber renunciado a esas bebidas alcohólicas antes de ponerse al volante.

Pero el castigo no termina ahí. Un positivo por alcohol puede tener implicaciones mucho más graves. Si la tasa es muy elevada (superior a 0,60 mg/l en aire), deja de ser una sanción administrativa para convertirse en un delito penal, con posibles penas de prisión, multas económicas severas y trabajos en beneficio de la comunidad. Además, en caso de accidente, la compañía de seguros puede negarse a cubrir los daños, aplicando el llamado «derecho de repetición», lo que significa que el conductor tendría que hacer frente a todos los gastos de su bolsillo. Por todo ello, un positivo puede tener consecuencias penales y afectar de por vida a tu historial como conductor, además de los problemas con el seguro, que pueden ser devastadores.

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