Especial 20 Aniversario

Donar sangre, un gesto sencillo que se pone en riesgo en verano

En pleno siglo XXI, inundados de tecnología e inteligencia artificial, la donación de sangre sigue siendo un acto insustituible y de vital importancia para el sistema sanitario. Cada día, miles de pacientes en hospitales de toda España dependen de la generosidad anónima de los donantes para poder superar cirugías complejas, partos, accidentes o tratamientos oncológicos. Sin embargo, la realidad es que las reservas fluctúan y, especialmente en épocas estivales o festivas, los bancos de sangre pueden llegar a estar en situación crítica.

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Un proceso sencillo y necesario

La enfermera Noelia Ruiz García, del Hospital Universitario Infanta Elena, lo explica con claridad: “La donación de sangre es un proceso sencillo y seguro, y cualquier persona sana puede ser donante. Sólo hay que cumplir unos requisitos muy básicos y no es dolorosa, no dista mucho de un simple pinchazo” .

Noelia Ruiz Garcia Enfermera Del Hospital Universitario Infanta Elena
Noelia Ruiz García, enfermera del Hospital Universitario Infanta Elena.

Pero ¿por qué sigue siendo tan necesario donar sangre? La respuesta es sencilla: la sangre no se puede fabricar. Pese a los avances de la biomedicina, la única fuente de obtención de sangre para personas que la necesitan sigue siendo la solidaridad de las personas. Los componentes sanguíneos –glóbulos rojos, plasma y plaquetas– son imprescindibles para tratar hemorragias, enfermedades hematológicas, quemaduras graves y diversas patologías crónicas. Además, la sangre donada tiene una vida limitada: los glóbulos rojos se conservan solo 42 días y las plaquetas apenas cinco, lo que obliga a renovar constantemente los stocks.

El perfil del donante: requisitos y recomendaciones

Para convertirse en donante, basta con cumplir una serie de condiciones muy básicas. La franja de edad permitida es de 18 a 65 años y es fundamental encontrarse en buen estado de salud. Además, es necesario haber ingerido líquidos antes de la donación (idealmente agua o zumos, evitando bebidas alcohólicas), no estar en ayunas y tener un peso superior a los 50 kilos.

El proceso es rápido y seguro. Tras un breve cuestionario y un reconocimiento médico inicial para descartar cualquier contraindicación, la extracción dura entre 8 y 10 minutos y no suele generar molestias más allá del pinchazo inicial. Después, el donante descansa unos minutos, recibe un refrigerio y puede continuar con su rutina diaria, aunque se recomienda evitar esfuerzos físicos intensos en las siguientes horas.

Cabe destacar que no todas las personas pueden donar. Están excluidas de forma temporal quienes hayan pasado por un proceso infeccioso reciente, cirugías, tatuajes o piercings en los últimos cuatro meses, o quienes hayan viajado a determinadas zonas endémicas. También hay exclusiones permanentes para quienes padecen enfermedades graves o crónicas transmisibles.

Mitos y realidades

Pese a la claridad del proceso, todavía existen muchos mitos. Uno de los más extendidos es la creencia de que donar sangre puede provocar debilidad o afectar a la salud. Nada más lejos de la realidad: el cuerpo humano recupera el volumen sanguíneo perdido en pocas horas y las células se regeneran en pocos días. Tampoco es cierto que aumente el riesgo de infecciones; todo el material empleado es estéril y de un solo uso, lo que garantiza la máxima seguridad.

Otro aspecto importante es la periodicidad: los hombres pueden donar hasta cuatro veces al año y las mujeres tres, siempre con un intervalo mínimo de dos meses entre donaciones.

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El impacto de un pequeño gesto

Cada donación de sangre puede salvar hasta tres vidas, ya que sus componentes se fraccionan y se utilizan para distintos tratamientos. Un solo donante puede marcar la diferencia en la recuperación de pacientes que no tienen otra alternativa.

En definitiva, donar sangre es un acto de responsabilidad social al alcance de casi cualquier persona adulta y sana. “La donación de sangre es, probablemente, la forma más sencilla y directa de ayudar a los demás y de contribuir a que nuestro sistema sanitario siga siendo un referente en calidad y equidad”, concluye Noelia Ruiz García.

Las necesidades de sangre son constantes, así que si cumples los requisitos y quieres ayudar, infórmate en tu hospital más cercano o acude a los centros de donación habilitados en tu ciudad. Donar es sencillo, seguro y, sobre todo, imprescindible.

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