Especial 20 Aniversario

La técnica prohibida en concursos de tortilla que garantiza la textura perfecta

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El debate sobre la tortilla de patatas perfecta es una de las grandes pasiones nacionales, un campo de batalla culinario donde cada español tiene una opinión fundada y vehemente. Sin embargo, más allá de la eterna disputa entre cebollistas y sincebollistas, existe un secreto a voces, una técnica casi clandestina que transforma por completo la textura del plato pero que está vetada en los más prestigiosos concursos de tortilla. Se trata de un método que roza la herejía para los puristas, pero que promete un resultado de una esponjosidad celestial, casi etérea. Una práctica que separa el mundo de la cocina doméstica, donde todo vale en la búsqueda del placer, del estricto y reglamentado universo de la competición profesional.

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Esta controversia nos sumerge en una reflexión más profunda sobre la propia identidad de nuestros platos más icónicos. ¿Dónde reside la esencia de una tortilla de patatas? ¿En la fidelidad a una receta ancestral o en la capacidad de evolucionar y perfeccionarse con nuevas ideas? La técnica de batir las claras a punto de nieve y añadirlas al final, una argucia que convierte la humilde tortilla en un pariente cercano del suflé, desafía los cimientos de lo que consideramos tradicional. Este gesto, aparentemente sencillo, abre la puerta a un debate fascinante sobre la innovación frente a la ortodoxia, una tensión que define no solo nuestra gastronomía, sino también nuestra cultura.

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REGLAS NO ESCRITAS Y POLÉMICAS SONADAS EN CONCURSOS DE TORTILLA

Fuente: Freepik

Más allá de la controversia de las claras montadas, el universo de los concursos de tortilla está plagado de normas no escritas y debates encendidos que demuestran la seriedad con la que se trata el asunto. La elección de la patata, por ejemplo, es un universo en sí mismo. Una variedad harinosa como la Kennebec se deshace creando una amalgama perfecta con el huevo, mientras que una más cerosa como la Monalisa mantiene su forma, ofreciendo una textura distinta. El tipo de corte de la patata, ya sea en lascas finas, dados irregulares o panadera, también es un factor determinante que los jueces examinan con lupa y que puede inclinar la balanza.

Otro de los grandes puntos de fricción es el punto de cuajado del huevo. Una tortilla «babosa» o muy líquida en su interior puede ser el súmmum de la jugosidad para muchos, pero un defecto imperdonable para un jurado que busque un cuajado uniforme. De igual manera, el uso de otros ingredientes, como pimiento verde o chorizo, es directamente motivo de expulsión en la categoría de tortilla tradicional. Los concursos de tortilla son, en definitiva, un ejercicio de ortodoxia donde se premia la ejecución perfecta de un ideal concreto, y la técnica de las claras a punto de nieve se aleja demasiado de ese ideal compartido.

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