A medida que cumplimos años, nos encontramos con que nuestra piel comienza a dar síntomas que muestran el paso del tiempo. Uno de los signos más evidentes que nos muestran que cumplimos años son las arrugas que aparecen en nuestra piel, un asunto que siempre ha sido objeto de interés por parte de la comunidad científica.
Hasta el momento se creía que dichas arrugas eran producto de la compresión de la piel, pero ahora un nuevo estudio desafía este pensamiento y ha conseguido detectar cuál es el verdadero culpable de que la piel se arrugue al envejecer, en un avance que puede ser clave para frenarlo.
2UN ESTUDIO DESCUBRE AL CULPABLE DE LAS ARRUGAS

Cuando se envejece, la piel pierde colágeno y elasticidad, algo ya de sobra conocido. Sin embargo, ahora se ha podido comprobar que cuando esa piel envejecida es sometida a tensión, como cuando dormirnos, gesticulamos o movemos nuestro cuerpo, se encoge de forma lateral. Se da de esta manera el denominado efecto de Poisson, que es el que se encuentra detrás de las arrugas más profundas.
El hallazgo es especialmente curioso y puede tener implicaciones tanto en el terreno de la cosmética como en dermatología. Si se quiere prevenir o tratar las arrugas de forma más eficaz, se debe ir más allá del colágeno y la hidratación. La clave podría estar en cómo la piel distribuye esas fuerzas que recibe en el día a día.