El verano no solo trae consigo días más largos y calurosos. También implica una ruptura con las rutinas habituales, especialmente en el caso de los niños. Entre campamentos, viajes y más tiempo libre, es fácil que su alimentación se vea alterada, según dio a conocer la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Sin embargo, con algunos hábitos simples —y un poco de imaginación— es posible cuidar lo que comen sin perder la esencia de esta época tan especial.
¿Lo mejor? los expertos de la OCU aseguran que el verano puede ser una gran oportunidad para inculcar buenos hábitos alimentarios. La clave está en el enfoque: convertir la alimentación en un momento de conexión familiar, diversión y descubrimiento de sabores. En este artículo te contaremos cuáles son los concejos de los expertos para mejorar la dieta infantil en verano.
3Frutas y verduras: los reyes del verano, según la OCU

El verano nos regala algo invaluable: una oferta variada de frutas y verduras frescas, coloridas y sabrosas. Sandía, melón, cerezas, duraznos, tomates, pepinos, calabacines… Todos estos alimentos no solo son deliciosos, sino que también cumplen una función esencial: hidratan, nutren y refrescan.
La OCU recomienda reemplazar postres azucarados o helados industriales por frutas frescas. Además de aportar fibra y vitaminas, son una fuente natural de energía. Una buena idea es preparar helados caseros con frutas congeladas o batidos sin azúcar añadido. Así, los niños podrán disfrutar de algo dulce sin renunciar a lo saludable.
Otra alternativa es ofrecer los vegetales de forma creativa: brochetas de verduras, hummus con bastones de zanahoria o pepino, mini pizzas caseras con base de calabacín o berenjena. La clave está en presentar cada alimento de una forma atractiva, sin caer en imposiciones.