Especial 20 Aniversario

Cuidado con tus ahorros: el recorte silencioso del SEPE que ya vacía los bolsillos de los parados

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En los últimos meses, hablar de pensiones, ayudas sociales o de la prestación por desempleo ha dejado de ser un asunto técnico para convertirse en una preocupación constante en miles de hogares. Cada decisión de la Seguridad Social repercute directamente en la economía doméstica, y esta vez no ha sido la excepción. Un aviso del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), casi imperceptible, esconde una reforma que puede hacerte perder más de 1.000 euros al año sin darte cuenta.

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El cambio afecta al sistema de pagos para quienes se han quedado sin empleo. Lo que parecía un alivio económico para los primeros meses de paro, se ha transformado en un recorte progresivo que golpea con más fuerza justo cuando más se necesita estabilidad. En este artículo te contaremos qué ha cambiado, a quién perjudica más y por qué miles de personas ya sienten el impacto en su bolsillo sin haberlo previsto.

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Mayores de 52 años: la única excepción al recorte

Mayores de 52 años: la única excepción al recorte
Fuente: Agencias

Frente a este panorama, solo un grupo se ha visto protegido por el SEPE: los mayores de 52 años. Para ellos, el SEPE ofrece un subsidio especial que no solo garantiza un ingreso mensual, sino que además mantiene la cotización a la Seguridad Social hasta que llegue la edad de jubilación. Esto evita que, al llegar ese momento, el beneficiario se encuentre con un vacío en su historial laboral que reduzca drásticamente su pensión.

Esta excepción ha sido valorada de forma positiva por los expertos, pero no compensa el impacto general del nuevo modelo. La gran mayoría de los parados quedan fuera de este beneficio y deben afrontar el recorte progresivo con los escasos recursos que tienen a mano. Cada mes que pasa, el importe disminuye y las opciones también.

Las críticas no tardaron en llegar. Asociaciones de desempleados, economistas y expertos en bienestar social coinciden en que estas medidas no atacan el verdadero problema del desempleo: la falta de oportunidades, la temporalidad, la precariedad laboral y la falta de actualización profesional. En cambio, se castiga al parado como si estuviera en esa situación por decisión propia.

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