En los últimos meses, hablar de pensiones, ayudas sociales o de la prestación por desempleo ha dejado de ser un asunto técnico para convertirse en una preocupación constante en miles de hogares. Cada decisión de la Seguridad Social repercute directamente en la economía doméstica, y esta vez no ha sido la excepción. Un aviso del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), casi imperceptible, esconde una reforma que puede hacerte perder más de 1.000 euros al año sin darte cuenta.
El cambio afecta al sistema de pagos para quienes se han quedado sin empleo. Lo que parecía un alivio económico para los primeros meses de paro, se ha transformado en un recorte progresivo que golpea con más fuerza justo cuando más se necesita estabilidad. En este artículo te contaremos qué ha cambiado, a quién perjudica más y por qué miles de personas ya sienten el impacto en su bolsillo sin haberlo previsto.
2Una promesa de ayuda que se convierte en trampa

Durante los primeros meses de paro, los beneficiarios del SEPE sienten que las cosas no van tan mal. La prestación parece suficiente para cubrir los gastos más urgentes y hay una falsa sensación de estabilidad. Pero ese alivio dura poco. Lo que parece una ayuda adicional en realidad es una estrategia para reducir costes, a costa del propio desempleado.
Hasta noviembre de 2024, la mayoría de las personas recibían una cantidad mensual estable. Esto permitía planificar, prever y organizar los gastos a largo plazo. Hoy, en cambio, todo depende del mes en el que estés. Si llevás más tiempo sin trabajo, menos cobrás. Y eso ocurre, paradójicamente, justo cuando las oportunidades laborales son más escasas y el ánimo comienza a flaquear.
Los defensores del nuevo sistema del SEPE sostienen que el objetivo es incentivar la reincorporación rápida al mercado laboral. Pero lo cierto es que la realidad no siempre responde a la voluntad. Muchas personas mayores de 45 años, por ejemplo, enfrentan un panorama muy complicado: las ofertas laborales son escasas, los perfiles demandados no coinciden con su experiencia, y los filtros de edad siguen existiendo de forma encubierta.