Todos los organismos interpretan el mundo a través de los sentidos, y la ciencia tiene claro que los cinco más populares (oído, vista, tacto, olfato y gusto) son probablemente insuficientes para poder abordar las diferentes interacciones con el ambiente que nos rodea, y en el intestino puede estar la clave.
Los científicos han conseguido encontrar un «sexto sentido» en el intestino que puede ser clave de cara a conseguir la regulación del apetito, en un descubrimiento que refleja la existencia de un sistema sensorial que permite a los microbios intestinales comunicarse con el cerebro.
3EL CEREBRO RESPONDE A LAS SEÑALES DEL INTESTINO

Tras 15 años de investigación acerca del intestino (aprovechamos para recordarte los 5 alimentos de oro para un intestino sano), se pudo documentar cómo opera este nuevo sexto sentido que posibilita que el cerebro responda en tiempo real a las señales de los microbios que viven en el intestino. Este sistema sensorial permite a las bacterias regular el apetito, influyendo en cuánto comemos y por cuánto tiempo.
En esta transmisión son claves los neurópodos, que son unas diminutas células sensoriales que recubren el epitelio del colon. Estas células del intestino ayudan a detectar con rapidez las moléculas ingeridas para guiar al cerebro y poder determinar si se ha comido una proteína o una grasa, pero también cuánto más se necesita comer.