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El tomate, el superalimento del verano: más hidratante que la sandía y lleno de beneficios para la salud

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Cuando pensamos en alimentos hidratantes, frescos y versátiles, la sandía suele llevarse todos los aplausos. Pero la ciencia ha puesto en el centro de atención a un protagonista inesperado: el tomate. Según diversos expertos citados por The New York Times, este fruto rojo no solo supera a la sandía en contenido de agua, sino que también aporta antioxidantes fundamentales para prevenir enfermedades.

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Gracias a su sabor, su textura y su capacidad de adaptarse a cualquier tipo de preparación, el tomate ha dejado de ser un simple acompañante de ensaladas para posicionarse como un auténtico aliado de nuestra salud y nutrición. La hidratación, su riqueza en vitaminas y minerales, y su alto contenido de licopeno lo convierten en una joya alimentaria que vale la pena redescubrir.

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Licopeno: el antioxidante estrella que protege nuestro cuerpo

Licopeno: el antioxidante estrella que protege nuestro cuerpo
Fuente: Agencias

Más allá del agua, lo que realmente posiciona al tomate como un superalimento es el licopeno, un antioxidante natural que le da su color rojo intenso y que ha sido objeto de numerosos estudios científicos por su capacidad para combatir el estrés oxidativo en el organismo.

Rachel Kopec, profesora asociada de nutrición humana en la Universidad Estatal de Ohio, explica que el licopeno puede tener un rol importante en la prevención de enfermedades como el cáncer de próstata o de pulmón. Aunque aclara que no hay pruebas concluyentes de que su consumo prevenga directamente estas patologías, sí existe una relación entre niveles elevados de licopeno y un menor riesgo de padecerlas.

Además, este compuesto podría estar asociado a beneficios cardiovasculares, hepáticos y a la reducción de enfermedades crónicas relacionadas con la inflamación. Lo curioso es que su concentración varía según el tipo de tomate: los de color rojo intenso contienen más licopeno, mientras que los naranjas y amarillos ofrecen otro tipo de antioxidantes cuyo potencial aún se está estudiando. En cambio, los tomates verdes carecen casi por completo de licopeno.

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