Aunque solemos pensar que los superalimentos son exóticos, raros o difíciles de conseguir, la realidad podría estar mucho más cerca, en la frutera de casa. Las uvas, protagonistas históricas de la dieta mediterránea, han sido injustamente subestimadas. Hoy, la ciencia las rescata para situarlas donde siempre debieron estar: en el podio de los alimentos con más beneficios para el organismo.
Una nueva investigación publicada en la revista científica Journal of Agriculture and Food Chemistry y liderada por el Dr. John M. Pezzuto, decano del College of Pharmacy and Health Sciences de la Western New England University, propone algo claro: es hora de considerar a las uvas como verdaderos superalimentos. Y no lo dice por costumbre ni por nostalgia. Lo hace basándose en más de sesenta estudios científicos que revelan el potencial oculto de esta fruta milenaria.
2Aliada del corazón: cómo las uvas cuidan el sistema cardiovascular

Uno de los aspectos más contundentes de esta investigación es el impacto de las uvas sobre la salud cardiovascular. A lo largo de la última década, múltiples ensayos clínicos han demostrado que su consumo regular puede contribuir a reducir el colesterol LDL —el conocido como “malo”— y aumentar el HDL, el colesterol “bueno”. Además, ayuda a controlar la presión arterial y mejora la elasticidad de los vasos sanguíneos, favoreciendo una circulación fluida.
Estos beneficios no son anecdóticos. Están respaldados por estudios rigurosos revisados por pares. La evidencia indica que, dentro de una dieta saludable, incorporar uvas frescas puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, una de las principales causas de mortalidad en el mundo.
En este sentido, Pezzuto no duda en afirmar que las uvas merecen un lugar privilegiado en la dieta mediterránea, al igual que el aceite de oliva o los frutos secos. Su acción antioxidante y antiinflamatoria contribuye a mantener el sistema circulatorio en condiciones óptimas y, por extensión, a prolongar la calidad de vida.