Lo que comenzó como una grabación sin importancia hecha con el móvil en medio de un concierto de Coldplay, terminó siendo el centro de uno de los escándalos corporativos más sonados del verano. Grace Springer, una joven estudiante universitaria de Nueva Jersey, capturó con su teléfono el momento exacto en que la «kiss cam» del estadio enfocó a una pareja que claramente no quería ser vista junta. La escena se dio durante el evento, el pasado 16 de julio, y en pocas horas su vídeo se convirtió en uno de los más virales del año.
Springer compartió el vídeo en TikTok sin imaginar lo que vendría después. En 24 horas, el vídeo acumuló más de 30 millones de visualizaciones. En total, sumando la viralización en otras plataformas como Instagram y X (antes Twitter), se superaron los 120 millones de reproducciones. Sin embargo, el verdadero dato interesante de esta toma ocurrió cuando se conoció la identidad de los protagonistas del incómodo momento: Andy Byron, CEO de la empresa tecnológica Astronomer, y Kristin Cabot, directora de Recursos Humanos de la misma compañía. Ambos están casados… pero no entre ellos.
2¿Puede ganar dinero por el vídeo?

Hasta el momento, Grace Springer ha declarado que no ha recibido ni un solo dólar por la grabación en el concierto de Coldplay. Pero expertos en monetización de contenido viral en redes sociales aseguran que está sentada sobre una mina de oro. Según un especialista citado por Daily Mail, el vídeo, por su alcance y el nivel de interés mediático que ha obtenido, podría permitirle tener ingresos significativos si decide gestionarlo adecuadamente.
«Con acuerdos de licencia de medios, entrevistas, derechos de imagen e incluso colaboraciones, no es descabellado que obtenga entre 20.000 y 100.000 euros si juega bien sus cartas», afirma un analista de marketing viral. En el argumento se expresa que hay una demanda real por este tipo de contenido, especialmente cuando involucra figuras públicas o termina desencadenando consecuencias tan mediáticas a nivel global.