El FC Barcelona suma un nuevo contratiempo en medio de semanas marcadas por la tensión institucional. El esperado regreso al Spotify Camp Nou deberá esperar, luego de que el club confirmara que no podrá disputar el Trofeo Joan Gamper en su estadio remodelado el próximo 10 de agosto.
A pesar de haber obtenido las licencias de Actividades y de Obras, la entidad no logró cumplir con el trámite más importante: la licencia de primera ocupación. Sin este permiso, resulta imposible reabrir el estadio, ni siquiera parcialmente. La noticia fue comunicada por el propio club en un anuncio oficial, y representa un golpe más en el camino de reconstrucción liderado por Joan Laporta.

La mudanza del evento obliga al equipo a buscar otra sede para el tradicional amistoso de pretemporada. El lugar elegido será el estadio Johan Cruyff, en Sant Joan Despí, donde el equipo se enfrentará al Como, el club italiano donde trabaja el exazulgrana Cesc Fàbregas.
Un Gamper lejos del Spotify Camp Nou y con un perfil bajo
El Trofeo Joan Gamper había sido anunciado como el regreso simbólico del club a su hogar. Una fiesta azulgrana, un punto de reencuentro entre la afición y el nuevo proyecto deportivo. Pero ahora, todo eso deberá desarrollarse en un recinto más pequeño, lejos del glamour que suele acompañar este evento.
No se trata solo de una cuestión de imagen. El cambio de sede refleja las dificultades que el Barcelona enfrenta en la recta final de las obras del nuevo estadio. La magnitud de la intervención arquitectónica complica el cumplimiento de la normativa municipal, y ni siquiera una apertura parcial ha sido posible.
La decisión también modifica el perfil del rival. En lugar de un club de renombre internacional, el rival será el modesto Como, lo que refuerza la sensación de improvisación. Aun así, el club intenta mantener el tono positivo y enfoca sus esfuerzos en que el partido sirva como impulso antes del inicio oficial de la temporada.
La Champions pone presión al Spotify Camp Nou y la fecha límite se acerca
Más allá del impacto que supone no jugar el Gamper en casa, el gran temor que ronda a la dirigencia blaugrana tiene que ver con Europa. El 16 de septiembre se juega la primera jornada de la fase de grupos de la Champions League, y el reglamento de la UEFA exige que todos los partidos se disputen en el mismo estadio. Si el Spotify Camp Nou no está habilitado para entonces, el club se encontrará en un serio aprieto. La alternativa sería el Estadio Olímpico de Montjuïc, que fue utilizado la temporada pasada.
Sin embargo, su disponibilidad no está asegurada, ya que hay conciertos programados en fechas críticas, incluyendo uno del artista Post Malone. La presión aumenta a medida que avanza el calendario. Aunque el objetivo es estrenar el nuevo estadio en LaLiga el 14 de septiembre ante el Valencia, el tiempo corre en contra. Desde la dirigencia insisten en que los compromisos del Espai Barça se mantienen firmes, pero la falta de margen para errores complica la planificación.
El regreso al Spotify Camp Nou deberá esperar un poco más. Por ahora, el equipo seguirá adaptándose a las circunstancias mientras busca evitar que este retraso condicione el inicio de una temporada clave para su futuro.
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