La historia entre Vinicius Júnior y el Real Madrid parecía tener rumbo fijo. Todo indicaba que habría una renovación que lo vincularía al club hasta 2030. Las conversaciones estaban avanzadas, los detalles casi definidos y la sensación general era de confianza mutua. Pero sin una firma estampada, el escenario dio un giro inesperado.
El punto de inflexión habría llegado durante el último Mundial de Clubes, donde Vinicius perdió protagonismo. En un contexto de alta exigencia, no solo vio comprometido su puesto en el once inicial, sino que fue utilizado en una posición en la que no se siente cómodo.

Este uso táctico, sumado a un ambiente que ya no percibe como favorable, sembró dudas en su futuro. El brasileño dejó de ver con claridad su continuidad en la Casa Blanca y comenzó a evaluar opciones que hace apenas semanas eran impensadas.
El contrato actual abre una puerta de salida a Vinicius en 2027
El vínculo entre Vinicius y el Real Madrid finaliza en 2027. Si no hay una renovación antes del verano de 2026, el futbolista quedará en libertad de negociar con cualquier club, sin dejar ingresos al club blanco. Esta situación no le preocupa, más bien representa una oportunidad tentadora. Su entorno valora la posibilidad de repetir la fórmula que llevó a Kylian Mbappé a aterrizar en Madrid con una prima de fichaje millonaria tras quedar libre del PSG.
Desde la dirigencia madridista son conscientes del riesgo. Por eso, consideran que renovar al brasileño es una prioridad para este mismo verano. La idea de perder a una de sus figuras sin recibir compensación económica encendió las alarmas.
Sin embargo, Vinicius ha optado por el silencio. No quiere apresurarse y prefiere tomarse el tiempo necesario para definir su futuro con calma.
Dinero, rendimiento y decisiones tácticas detrás del conflicto de Vinicius
El trasfondo del conflicto es complejo y tiene varias capas. En primer lugar, está el aspecto económico. Vinicius quiere ser el jugador mejor pagado de la plantilla. Sus pretensiones alcanzan los 30 millones de euros anuales, incluyendo una importante prima de renovación.
Cifras que superan ampliamente los 10 millones netos que percibe actualmente. El problema es que Mbappé, el fichaje estrella, ronda los 15 millones, y desde el club no contemplan modificar su estructura salarial por un solo jugador.
A esto se suma una caída de rendimiento que ya empieza a notarse. En el partido contra el PSG, correspondiente a la semifinal del Mundial de Clubes, estuvo al borde de quedarse en el banco. Solo una lesión de Trent Alexander-Arnold lo mantuvo entre los titulares. Incluso así, fue ubicado por la banda derecha, donde no se siente cómodo. Su expresión al ser sustituido en la segunda mitad reflejó un evidente malestar. El conflicto ya no es solo contractual. También es táctico, emocional y deportivo.