En España, abrir el grifo y llenar un vaso de agua es un gesto cotidiano. Algo tan común, que muchas veces no pensamos en el sabor que tiene ese líquido transparente que nos acompaña cada día. Sin embargo, el gusto, la textura e incluso la suavidad del agua pueden cambiar drásticamente de una ciudad a otra, según informó la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Ante esta situación, la OCU se propuso resolver un misterio que muchos comentan, pero pocos han comprobado con datos concretos: ¿dónde se encuentra el mejor agua del grifo de todo el país? El resultado del estudio no sólo sorprendió a algunos, sino que también confirmó lo que muchos ya intuían desde hace tiempo.
2Otras ciudades que también aprueban con nota alta

Aunque Madrid se lleve el protagonismo, no es la única ciudad que puede presumir de tener un agua de grifo de calidad sobresaliente. En su informe, la OCU también menciona a otras localidades que destacan por las características organolépticas y la baja dureza de sus aguas.
Entre ellas, se encuentran Burgos, Vigo, San Sebastián y Las Palmas de Gran Canaria. Cada una con su particular geografía y sistemas de abastecimiento, pero con un denominador común: aguas de mineralización débil y excelente sabor.
En Burgos, por ejemplo, el agua del grifo proviene en su mayoría de acuíferos subterráneos de gran pureza. En ciudades como Vigo y San Sebastián, el régimen de lluvias abundantes y los embalses naturales contribuyen a mantener un agua limpia y con baja concentración de minerales. Y en el caso particular de Las Palmas, a pesar del reto geográfico de ser una isla, se ha logrado un equilibrio eficiente entre aguas de manantial y técnicas de desalación, manteniendo estándares muy altos de calidad.
Además, la OCU subraya que estas ciudades presentan niveles de satisfacción muy elevados entre sus habitantes, quienes en muchos casos prescinden de comprar agua embotellada por confiar plenamente en la del grifo. Esta tendencia no sólo responde a criterios de sabor o calidad, sino también a la confianza institucional y a la percepción social del agua como bien común.