El verano, con su promesa de descanso y aventuras, también abre la puerta a numerosas trampas que acechan al viajero desprevenido. Estafas encubiertas bajo ofertas irresistibles, alojamientos fantasma o agencias fraudulentas empañan lo que deberían ser días de desconexión. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lanza una advertencia clara y urgente: en tiempos de vacaciones, los delincuentes afinan sus métodos y multiplican las oportunidades para engañar al consumidor.
Con la temporada alta en pleno auge, los fraudes relacionados con viajes se disparan en todo el país. Desde coches de alquiler con costes ocultos hasta bonos hoteleros engañosos, los mecanismos son cada vez más sofisticados. Ante este escenario, la OCU insta a extremar las precauciones y actuar con sentido crítico, recordando que la información y la prevención son claves para que las vacaciones no terminen en una pesadilla económica y emocional.