Especial 20 Aniversario

El periodista Juan Luis Galiacho da detalles sobre la posible alianza entre Juan Carlos I e Iñaki Urdangarin para volver a España

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Los problemas entre el rey Felipe VI y su padre, Juan Carlos I, no parecen disiparse. A pesar del tiempo y del exilio voluntario del emérito en Abu Dabi, la tensión entre ambos se habría convertido en una lucha silenciosa por el control dentro de la Casa Real. Según EN Blau, Juan Carlos habría encontrado un aliado insospechable: Iñaki Urdangarin. El exduque de Palma, exyerno del exmonarca y figura trascendental del caso Nóos, se convertiría en la pieza central de una estrategia que tendría como objetivo el regreso del emérito a España.

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El propósito de Juan Carlos I por regresar a España ha adquirido una nueva dinámica con el papel que juega Iñaki Urdangarin en sus próximos movimientos. Más que un acuerdo, se trataría de una estrategia política y mediática que buscaría forzar un cambio de postura en Zarzuela. La alianza entre el emérito y su exyerno. 

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Un regreso condicionado con un apoyo encubierto

Un regreso condicionado con un apoyo encubierto
Un regreso condicionado con un apoyo encubierto | Fuente: Agencias

Junto a estas revelaciones, el nombre del emérito vuelve a colocarse en el centro del debate. Aunque no hay declaraciones oficiales todavía, varios medios están reportando que la relación entre Juan Carlos y Urdangarin se habría reactivado después del divorcio de este último con la infanta Cristina. En marzo de 2025, ambos se encontrarían en Ginebra, lo que fue interpretado como un intento de reconciliación o quizás, una negociación silenciosa. 

Lo interesante del vínculo no es la relación familiar, sino el aparente respaldo económico continuado a Iñaki Urdangarin. Según fuentes no desmentidas por Casa Real, Juan Carlos habría ofrecido trabajos discretos y asesorías al exduque para ayudarle a reconstruir su vida profesional, mientras se respeta el acuerdo tácito de que ciertas informaciones íntimas no saldrán a la luz.

Tanto la infanta Cristina como el rey Felipe VI conocerían sobre estos movimientos, aunque públicamente han optado por no pronunciarse. Desde el entorno de Zarzuela se insiste en que, estas ayudas económicas no representan un delito en sí, pero crean un debate sobre el correcto uso del patrimonio real y la posible opacidad en ciertas decisiones.

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