Hace 10 años que desembarcó en España Netflix, la plataforma de streaming más todopoderosa del planeta. Fue un momento de cambio, de paradigma, por supuesto, a la hora de consumir lo que ahora se llaman ‘contenidos’, pero también insufló una nueva vida al panorama audiovisual en nuestro país.
Eso sí, no siempre para bien. Su mayor éxito en series, La casa de papel, no fue un original de la plataforma en sus inicios, ya que se desarrolló en Atresmedia. En realidad, todo empezó con Las chicas del cable y continuó con Élite, cuya primera temporada estaba bien, pero las siguientes no tanto. O al menos no tuvieron su mismo éxito.
NETFLIX CUMPLE 10 AÑOS CON ÉXITOS ESPAÑOLES QUE LO CAMBIARON TODO
De la misma forma, La casa de papel, Las chicas del cable, Élite o la misma Paquita Salas han sido algunos de los éxitos de una plataforma que lo cambió todo y que es la que más españoles tienen en sus casas.
Sobre ellas ha hablado Verónica Fernández, directora de contenidos originales de Netflix para España y Portugal. Para los trabajadores de Netflix es muy importante fidelizar a aquellos usuarios que llevan diez años viendo sus series y películas. Nosotros vivimos de lo que paga la gente y soy muy consciente de eso«, confesaba la directora.
Para poder seguir viviendo de su trabajo, la empresa sigue una estrategia de programación con la que buscan mantener a los usuarios con géneros que les funcionan, además de buscar e intentar con nuevos contenidos.

Para que exista esta conexión, la producción local es «importantísima». Desde que la plataforma empezó en nuestro país, en la creación original han trabajado con 35 productoras de distintos rincones de España, han estrenado más de 50 títulos y han participado en más de 70 producciones cinematográficas.
En el último ‘Informe de compromiso’ de Netflix sobre la primera mitad de 2024, desentrañaron sus números y a continuación señalamos las series españolas que han copado el ranking:
LA CASA DE PAPEL, EL TRIUNFO ROTUNDO DE NETFLIX… DESDE ANTENA 3
Sin duda es el paradigma de los aciertos de Netflix. Aunque la primera temporada se estrenó en Antena 3 sin un gran éxito de audiencia, la plataforma la compró, la emitió y ahí se convirtió en un fenómeno mundial (uno de los más grandes).
Demostrando que las plataformas tienen una fuerza y unas ventajas para la ficción que no tiene la TV lineal. Las siguientes temporadas ya las produjo directamente Netflix y el resto es ya historia viva de nuestra ficción.
BERLÍN, SU SPIN-OFF
Tal fue el éxito de La casa de papel que la plataforma apostó por este spin-off, protagonizado por Pedro Alonso, que acumula millones de visualizaciones.
En este caso no fue una sorpresa, pero sí demostró la fuerza que tienen las historias contadas por guionistas españoles, y lo que interesan dentro y fuera de nuestras fronteras.
ÉLITE Y VALERIA
Son dos de las ficciones que siempre aparecen en los rankings de lo más visto. Casi hechas a medida para un público muy específico, ambas producciones se crearon para petarlo… y lo lograron, también en Netflix.
EL CASO ASUNTA
Como ejemplo de éxito de true crime encontramos la miniserie protagonizada por Candela Peña y Tristán Ulloa basada en la desaparición real de la hija de Rosario Porto y Alfonso Basterra.
Aunque también podría entrar en este ejemplo el caso de El cuerpo en llamas, que también lo petó y hasta apostaron por Las cintas de Rosa Peral, para los suscriptores que se quedaran con ganas de más detalles sobre el crimen.
«Creo que la ficción puede llegar a lugares increíbles«, decía Verónica al recordar la serie documental sobre la desaparición de Asunta Basterra. A pesar de que la mayoría de espectadores conociesen el caso, para la directora esta serie «ha llevado a muchos a reflexionar sobre aspectos perturbadores y oscuros
PAQUITA SALAS
Otra de las ficciones clave de la plataforma es Paquita Salas, con una originalidad y un sentido del humor de esta serie es único. «Los Javis traspasan todos los límites«, decía la directora. Además, sorprende que todavía la gente la disfrute después de tantos años.
NI UNA MÁS
La serie juvenil que pone el foco en temas tan candentes como la violencia machista, el bullying o los problemas de salud mental, también lideró durante meses el ranking de lo más visto.
MACHOS ALFA
Otro ejemplo de éxito es el creado por los hermanos Caballero con una serie muy vista pero, sobre todo, varias veces adaptada a otros países. Algo que también es indicador de las buenas ideas que hay en nuestro país.
Cabe señalar que todas estas series han tenido tanto éxito – mucho más del esperado- que el máximo responsable de Netflix anunciaba esta semana una inversión de más de 1.000 millones de euros en producción española para los próximos cuatro años.
HACHE
¿Alguien se acuerda de esta serie? Estaba protagonizada por una antigua prostituta (aunque sería más correcto decir ‘una mujer que ejercía la prostitución’), que se adentraba en una banda que traficaba con heroína en la Barcelona de los años 60′.
Fue un intento de hacer cine negro con clase (aunque no la tuviera en absoluto) y en ella todo resultaba tan forzado como anodino, con una trama plagada de clichés y personajes poco carismáticos al borde de la caricatura.
SKY ROJO
Todo un ‘hit’ en la plataforma que se vendió como una especie de homenaje a Tarantino con sabor ibérico. De nuevo, más mujeres que ejercen la prostitución, toda una temática en nuestra ficción patria.
Pero es que esa prostitución parecía estar en la base de la propia serie, que no dejaba de ser un espectáculo vacío y denigrante en el que se ‘sexualizaba’ a las protagonistas y se las situaba frente a unos niveles de violencia física y verbal intolerables. No es que fuera machista, sino lo siguiente.
FARIÑA
Otro de los grandes éxitos de Netflix es Fariña. Este es otro relato de malformación está narrado en clave de thriller. Los clanes de traficantes de la ría de Arosa (Oubiña, Charlines, Terito, el propio Miñanco) son investigados por el sargento Darío Castro (Tristán Ulloa) y su equipo.
En una región castigada por el desempleo, la delincuencia organizada recluta tanto los brazos como la complicidad de los hombres. Pero el policía no cesará en su fijación por meterlos a todos en la cárcel. El ritmo narrativo de la serie es obsesivo como ese empeño, montaña rusa con diez años de vaivenes, calma chicha y subidones.