Cuando el calor se instala y el cuerpo empieza a pedir frescura, hay una fruta que nunca falla: la sandía. Refrescante, ligera y cargada de agua, se ha convertido en un símbolo del verano español. En ese contexto, Mercadona no pierde el paso y renueva, año tras año, su compromiso con esta fruta de temporada, apostando por variedades nacionales que llegan al consumidor en su punto exacto de sabor y maduración.
La presencia de la sandía en las estanterías de Mercadona no es casual ni improvisada. Detrás de cada pieza hay una red de proveedores locales, una logística pulida y una apuesta clara por el producto de cercanía. En este artículo, te contaremos cómo la cadena valenciana ha hecho de la sandía no solo un éxito de ventas, sino también un reflejo de su modelo de abastecimiento basado en calidad, frescura y compromiso con el campo español.
6Conclusión: lo que comemos también cuenta una historia

Pocas cosas nos conectan tanto con el verano como una sandía fría recién cortada. Pero pocas veces nos detenemos a pensar de dónde viene, quién la cultiva, cómo llega hasta nosotros y qué valores encarna.
Este recorrido por la trazabilidad de la sandía que se vende en Mercadona nos recuerda que cada fruta tiene detrás una historia de trabajo, de decisiones logísticas, de elección de variedades y de compromiso con lo nacional. Y si algo ha dejado claro la cadena valenciana es que esa historia puede contarse desde la cercanía, con respeto al producto, al productor y al consumidor.