Cuando el calor se instala y el cuerpo empieza a pedir frescura, hay una fruta que nunca falla: la sandía. Refrescante, ligera y cargada de agua, se ha convertido en un símbolo del verano español. En ese contexto, Mercadona no pierde el paso y renueva, año tras año, su compromiso con esta fruta de temporada, apostando por variedades nacionales que llegan al consumidor en su punto exacto de sabor y maduración.
La presencia de la sandía en las estanterías de Mercadona no es casual ni improvisada. Detrás de cada pieza hay una red de proveedores locales, una logística pulida y una apuesta clara por el producto de cercanía. En este artículo, te contaremos cómo la cadena valenciana ha hecho de la sandía no solo un éxito de ventas, sino también un reflejo de su modelo de abastecimiento basado en calidad, frescura y compromiso con el campo español.
4El melón, el otro protagonista silencioso

Si bien la sandía ocupa un lugar protagónico, el melón también forma parte de ese dúo inseparable que anuncia que el verano ya está entre nosotros. Mercadona lo sabe, y desde hace años viene reforzando su compromiso con esta fruta, que también forma parte del imaginario colectivo estival.
En 2020, la cadena ya había anunciado su intención de comprar 72.000 toneladas de melón nacional a través de una red de 20 proveedores distribuidos en Andalucía, Castilla-La Mancha, Región de Murcia, Baleares y Canarias. Esta estrategia no solo fomenta el desarrollo local, sino que asegura que los consumidores puedan acceder a melones frescos, recolectados en su punto justo.
El melón y la sandía, además, comparten algo más que su estacionalidad: son símbolos de la dieta mediterránea, aliados del bienestar y productos que, gracias a Mercadona, han dejado de ser solo una fruta para convertirse en un emblema de lo nacional.