Con la llegada del verano, muchos ajustan su rutina en busca de una vida más sana. Cambian las comidas calientes por platos fríos, se reduce el consumo de carnes pesadas y, en medio de esta transformación, surgen ciertas dudas que se repiten cada año. Una de ellas, quizás la más extendida, tiene que ver con la fruta: ¿es saludable cenarla? ¿Engorda? ¿Puede alterar el sueño?
A pesar de que esta idea ha calado hondo, varios expertos en nutrición se han encargado de desmentirla. Todo lo contrario: consumida de forma adecuada, la fruta puede ser una aliada clave para cerrar el día de forma ligera, placentera y saludable. La clave está en cómo, cuándo y con qué se la combina dentro de una alimentación equilibrada.
4No es la hora, son los hábitos: lo que realmente influye en el aumento de peso

Otra creencia común que va de la mano con la de la fruta nocturna es que cenar tarde engorda. Sin embargo, tal como explicó Rhalem, esta es una simplificación exagerada. “No es la hora, sino los hábitos generales lo que determina si una alimentación favorece o no el aumento de peso”, aclaró. En otras palabras, lo importante no es tanto cuándo comemos, sino qué y cuánto comemos, y cómo lo combinamos con nuestro nivel de actividad diaria.
Por ejemplo, una pasta bien medida, integral, acompañada de verduras o proteínas magras, puede formar parte de una cena saludable. En cambio, una ensalada con aderezos procesados, fiambres y salsas cremosas puede ser mucho más pesada de digerir, y con mayor carga calórica. El error está en creer que ciertos alimentos, por sí solos, son “buenos” o “malos”. En realidad, la alimentación debe contemplarse desde un enfoque global, considerando frecuencia, porciones, nivel de actividad física y contexto metabólico individual.