Tras más de un año de lucha, los vecinos de Tribulete 7, en el madrileño barrio de Lavapiés, han presentado una querella colectiva contra el fondo Elix Rental Housing, una socimi que lleva desde enero de 2024 con la intención de comprar el edificio. Apoyados por el Sindicato de Inquilinas de Madrid, hablamos de la primera querella colectiva de España por acoso inmobiliario y coacciones, ya que los habitantes de las viviendas aseguran que han recibido amenazas y presiones para que abandonen sus hogares.
«El miedo ha cambiado de bando. Tribulete 7 sigue dando guerra para evitar la expulsión de los vecinos del edificio por parte de la socimi Elix Rental Housing, que quiere sustituirlos por turistas», comentan desde la propia agrupación de vecinos. La querella fue presentada el 22 de mayo, pero no se ha anunciado hasta este mes de junio. Fue en marzo del año pasado cuando la compañía compró el edificio para en noviembre iniciar obras con los inquilinos viviendo en sus casas todavía.
«Se han sumado repetidos episodios de lo que se conoce como presunto mobbing inmobiliario para conseguir que los vecinos abandonemos nuestras viviendas lo antes posible. La policía y los bomberos han tenido que intervenir en más de cuatro ocasiones desde que se iniciaron las obras«, aseguran.
Intentan conseguir que los vecinos abandonemos nuestras viviendas lo antes posible
La agrupación de inquilinos del edificio de Tribulete 7 (Lavapiés)
Los vecinos de Tribulete 7 afirman que han sufrido coacciones y amenazas para que abandonen sus inmuebles. Llevan haciendo fuerza más de un año, con intensas reivindicaciones de distinta tipología. Convirtieron sus viviendas en un auditorio el 3 de febrero del año pasado, el día 17 de marzo sacaron los muebles de sus casas a la calle y el pasado 14 de diciembre celebraron un funeral por la muerte de los barrios, con la banda española de punk Biznaga tocando desde los balcones.
Presiones y negociaciones con el fondo buitre
Pese a todo, sigue abierta la negociación con la socimi. Están tratando de hacer negociaciones con los vecinos, porque hay gente que se le acaba el contrato y ya no se le renueva más, por ejemplo. Mi abuela tiene contrato de renta antigua y no tiene fecha de fin como tal. A otros les han ofrecido dinero para que abandonen el edificio y han accedido«, explica a este diario Alba, nieta de un matrimonio que viene en el edificio presionado por el fondo buitre.
Nos cuenta que la afectación es diferente según el tipo de vecino, dependiendo de la situación del habitante de la vivienda y que, pese a que el fondo asegura que su vía es el diálogo, las presiones son evidentes. Ruidos, humedades (hasta inundaciones), desperfectos y, en general, episodios de acoso inmobiliario que han sido documentados y registrados por los móviles de los inquilinos.
Los vecinos de Tribulete 7 aguantan ruidos, humedades, desperfectos y, en general, episodios de acoso inmobiliario por las obras iniciadas por la socimi
«Los vecinos han hecho mucha piña desde que salió esto a la luz. No se sabe a ciencia cierta el fin de estas casas, aunque en principio son para Airbnb», desliza Alba, contrastando con la versión del fondo. Y es que fuentes de Elix aseguran que las viviendas estarán destinadas a uso residencial, por lo que «en ningún caso el edificio será destinado a viviendas de lujo ni de uso turístico». Añaden que la rehabilitación del edificio permitirá garantizar las condiciones de habitabilidad, así como ajustarlo a los estándares de seguridad, calidad y sostenibilidad necesarios hoy en día.
En el diario Qué! también nos pusimos en contacto con Elix Rental Housing para conocer su versión sobre las presiones a los vecinos, pero no quisieron entrar en detalles más allá de recalcar que su intención es resolver la situación por vía diplomática. «El proceso de negociación está en marcha y la intención desde el inicio ha sido mantener un estrecho diálogo con cada uno de los inquilinos para alcanzar la mejor solución, siempre bajo el amparo y cumplimiento de la legalidad vigente. Elix está absolutamente abierta al diálogo y, como ya ha demostrado a lo largo de sus más de 20 años de experiencia», dicen.

Los vecinos de Tribulete 7 nos cuentan que la gente con contrato en vigor sigue allí, mientras que a otros, que ya les ha cumplido y les han dicho que no les renuevan, continúan en las viviendas pagando el alquiler y nadie ha ido a echarlos. Mientras, otras casas ya tienen instalada la puerta antiokupa.
No es un caso aislado en Lavapiés
A la espera de una solución, el caso de Tribulete no es único no solo en Madrid Centro, sino en el propio barrio de Lavapiés. Muy cerquita del lugar, ocurre algo muy parecido en la calle Mesón de Paredes, concretamente en el número 88. Un total de 28 familias, algunas con niños y otras mayores o en situación vulnerable, denuncian que la familia Campos Cebrián y la empresa FURUD S.L. les quieren echar para convertir sus casas en pisos turísticos.
Este edificio fue revendido en noviembre de 2024 de una sociedad a otra sociedad limitada que actúa como fondo buitre. Sin notificación previa, comenzaron a realizar obras y sabotajes para ejercer presión e intentar expulsar a los inquilinos de la zona. «Están cayendo trozos de techo de nuestras casas, cortan suministros, impiden que conecten de nuevo nuestra luz…», cuentan los afectados.

Animan al resto de vecinos de Lavapiés a sumarse a las protestas y a la defensa del barrio, del que aseguran que está en peligro «de venta». Las fachadas de los edificios cuentan con pancartas permanentes que señalan a los fondos en cuestión, y están logrando cada vez más apoyo de organizaciones y asociaciones para denunciar su situación.