A punto de aprobarse la esperada Ley de Movilidad Sostenible, el sistema de etiquetas ambientales de la Dirección General de Tráfico (DGT) vuelve a colocarse en el centro del debate. El nuevo marco normativo, que el Gobierno espera sacar adelante este mes de julio, abre la puerta a una profunda revisión en los criterios que determinan si un coche merece lucir el distintivo ECO o CERO.
Este posible cambio, que se gestará a través de un informe técnico interministerial, podría suponer una auténtica revolución en el modo de clasificar los vehículos por su impacto ambiental. Sobre todo, para los coches híbridos, que hasta ahora han disfrutado de un trato privilegiado dentro del sistema actual de la DGT.
1DGT: ¿Se acabó el trato preferente a los híbridos?

Durante los últimos años, miles de conductores han apostado por los vehículos híbridos movidos por incentivos como los beneficios fiscales, el acceso a zonas de bajas emisiones (ZBE) o el uso de carriles BUS-VAO. Todo gracias a las etiquetas que otorga la DGT: la ECO y, en el caso de algunos híbridos enchufables, la codiciada CERO.
Sin embargo, el sistema ha sido fuertemente cuestionado. Hoy en día, un coche con más de 500 CV y tecnología mild hybrid —es decir, una hibridación ligera que apenas reduce emisiones reales— puede recibir la etiqueta ECO. Y un PHEV (híbrido enchufable) con apenas 40 km de autonomía eléctrica ya obtiene la etiqueta CERO, aunque la mayoría del tiempo circule usando combustible.
Mientras tanto, otros vehículos con motores térmicos modernos, que cumplen la normativa Euro 6 y emiten menos CO2 en uso real, quedan fuera del sistema o solo acceden al distintivo C. Algo que, a todas luces, resulta incoherente. La propia Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lleva años reclamando una revisión profunda del modelo de etiquetado ambiental de la DGT. Y parece que, finalmente, el Ejecutivo se ha decidido a dar ese paso.