Especial 20 Aniversario

La invasión venezolana de Rawayana y el hip hop de Kase.O triunfan en Río Babel

Río Babel es, sin duda, un festival particular. Dedicado a trazar un puente entre lo que ocurre en la escena musical de Latinoamérica con la española, y sin miedo de combinar géneros y estilos diferentes, el evento se ha abierto un lugar distante a la apuesta pop y el rock anglosajón del Mad Cool, y de la ventana al mundillo del indie que representa el Tomavistas es un festival que da una importancia especial al idioma español, aunque no solo en el territorio iberico. 

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Pero el cartel del primer día de este año daba un especial protagonismo a un solo país: Venezuela. La presencia de Rawayana, los recientes ganadores del Grammy a mejor disco alternativo en español, Los Amigos Invisibles, el grupo de musical bailable que se ha transformado en grupo de culto para los amantes de la música latina y, en menor grado, Bacilos, el grupo cubano que ha sido adoptado por los venezolanos, hacían del día especialmente atractivo para los nacidos en la tierra de Simón Bolívar. 

Esta realidad era evidente tan solo con acercarse al nuevo recinto del festival que hasta la edición pasada se celebraba en, el auditorio Miguel Ríos de Rivas Vaciamadrid, donde se podía escuchar el marcado acento venezolano. Es cierto que había nombres atractivos en el cartel fuera de los artistas latinos, con la presencia de los míticos Cypress Hill y de Kase.O convocando miles de fieles del hip hop, pero también era evidente quienes eran mayoría. 

DEL POP DE BACILOS AL HIP HOP DE CYPRESS HILL

Lo cierto es que para ver a los dos primeros artistas del festival era necesario tambièn enfrentar el calor. Para los Bacilos no fue demasiado complicado, su estilo tropical, y su colección particular de hits que incluye canciones como ‘Tabaco y Chanel’, ‘Mi Primer Millón’ y ‘Caraluna’ hacen que sea un grupo atractivo para una presentación en vivo. Después dejaron que Lia Kali tomara su escenario, el evento mantiene su formato de dos escenarios que no solapan horarios, para sorprender a quienes no conocían el trabajo de la catalana.  

Después tomaron el espacio los miembros de Cypress Hill. El trío de California no solo tenía la desventaja de presentarse en un mal horario, todavía enfrentando el calor, sino que la gran cantidad de venezolanos atentos al siguiente grupo hizo que el espacio del auditorio se llenarà de espectadores que esperaban por el final de su set. Aún así sus fieles, y algún curioso que se enamoró de su sonido levantaron el aviente sobre todo para canciones como ‘Insane in the Brain’ o su versión de la mítica ‘Jump Around’ de House Of Pain. 

LA FIESTA TROPICAL DE RAWAYANA Y LOS AMIGOS INVISIBLES

Pero es difícil discutir con que los miembros de Rawayana fueron el plato fuerte de la noche, como ya es costumbre cuando se suman a un festival internacional. Es cierto que este concierto es parte de la misma gira que ya presentaron en España el año pasado, ‘Quien Trae las Cornetas’, por lo que buena parte de las canciones se repitieron. Sin embargo al público venezolano no pareció importarle coreando cada una de las canciones a todo pulmón, incluyendo ‘Veneka’, un tema humorístico convertido en tema de resistencia por la dictadura de Nicolás Maduro, que lo uso de excusa para no permitir que la banda, abiertamente opositora, se presentara en el paìs. 

Unnamed 46

Prohibición o no, el grupo repaso los sonidos del pop, el funk, el reggae e incluso algo de indie. Canciones como ‘Feriado’, ‘Dame un Break’ y ‘Hora Loca’ recuerdan por que se han vuelto uno de los grupos clave de la escena alternativa del continente latinoamericano. 

Los Amigos Invisibles, por su lado, se comportaron como los maestros que son de la escena. El grupo tiene 33 años de carrera artística, y en el camino han sumado canciones como ‘Mentiras’, ‘En Cuatro’, y ‘La Vecina. Si Rawayana es un viaje por carretera a la playa Los Amigos Invisibles son una disco que no cierra nunca. 

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KASE.O EN ESTADO DE GRACIA

Por su lado, el rapero Kase.O, recientemente criticado por no sumarse al boicot de los festivales controlado por el fondo KKR, pudo cerrar la herida entre su ya larga colección de clásicos, tanto en su tiempo como solista como en su etapa con ‘Violadores del Verso’. Es cierto que el género que representa no ha dejado de evolucionar desde que empezó a trabajar, pero todavía tiene lo necesario para conquistar al público, incluso con el sonido del bombo y caja.

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